Turquia: golpe y derechos humanos
ArtigosEstela B. Molero
Partido Socialista de Argentina
Secretaria General Adjunta de la Coordinación Socialista Latinoamericana y Secretaria para el Cono Sur
Turquia, País con una posición geopolíticamente determinante, ingresó a la OTAN en 1953, en un movimiento clave de la Alianza Atlántica frente al bloque soviético. Posee el segundo ejército más grande entre los países miembros de la OTAN, con alrededor de 500.000 efectivos, siendo en Europa la mayor fuerza militar después de la rusa. Las fuerzas armadas turcas, consideradas los guardianes del laicismo desde la creación de la República en 1923 por Mustafá Kemal, han llevado a cabo tres golpes de Estados (1960, 1971 y 1980), determinaron la dimisión en 1997 del Primer Ministro Islamista Necmettin Erbakan, mentor de Erdogan.
El último intento de golpe de Estado, atentando contra la democracia y vulnerando la voluntad de un pueblo que eligió democráticamente a quién quería que gobernara su País, fue frustrado, entre otros por oficiales superiores y generales pertenecientes al ala laica del ejército. Pero esta alianza sólo pudo concretarse por un matrimonio de conveniencia entre el Ejército y Erdogan al compartir intereses comunes y objetivos concretos, dada la reanudación del conflicto Kurdo en el Sud Este de Turquía y la posición que ambos sostienen contra el clérigo islámico Fethullah Gulen, hoy exiliado en EEUU y acusado por ambos de estar detrás del golpe de Estado.
El intento frustrado de golpe de Estado, podría tentar al Presidente Erdogan, a profundizar una política que ha venido llevando adelante, de persecución y destrucción a opositores, encarcelando a cientos de opositores políticos, periodistas, rectores de Universidades, Oficiales del ejército, fabricando evidencias para concretar encarcelamiento indiscriminados y sin sustento legal. En su cruzada por silenciar a todo lo que se oponga a sus objetivos, el 20 de mayo se aprobó una ley que permite levantar la inmunidad de al menos 150 diputados del Parlamento, quienes mantienen causas judiciales abiertas, en la mayoría de los casos sin pruebas algunas y por lo tanto sin contención legal para que dichos diputados sean acusados.
Esta norma legal, permite a los fiscales investigar a cualquier miembro del Parlamento que esté sospechado de cualquier delito, incluido delito de corrupción, siempre que dichos delitos establezcan penas de más de 1 año.
Toda la oposición, ve con preocupación la nueva normativa, ya que sería una herramienta más para perseguir, silenciar y destruir la oposición. De esta forma sobre las 800 investigaciones existentes al momento de entrada en vigencia de la ley, contra los 152 diputados, hay 1 independiente, 10 del nacionalista MHP, 29 del AKP, 55 del HDP Y 57 de la mayor formación opositora al gobierno, el Socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo (CHP). De esta manera, Erdogan muestra claramente su objetivo de destruir a la oposición, principalmente al Partido Kurdo HDP y al SOCIALDEMOCRATA Partido Republicano del Pueblo.
Amnistía Internacional, ha dicho en su informe anual 2015/2016, que la situación de los derechos humanos se deterioró notablemente luego de las últimas elecciones parlamentarias. En el ámbito de la Justicia, con competencia en investigaciones criminales, detenciones previas sin juicio y confiscación de bienes, se encuentran sometidos al control casi absoluto del gobierno de Erdogan, y los que no, son suspendidos o directamente despedidos de sus cargos.
Hoy los jueces destituidos de todos los fueros llegan casi a 3000. Estos magistrados según el gobierno, estarían bajo las órdenes de Gulen, pero lo cierto es que todos los magistrados suspendidos, son críticos al gobierno del Pte. Erdogan, quizás ese sea el único “delito” que habrían cometido.
En el ámbito de Educación, hay 15.000 suspensiones, 1577 decanos son obligados a dejar su cargo. En la educación privada, 21.000 profesores están siendo investigados. Amnistía Internacional, sostiene que, en el ámbito de la libertad de expresión, se abrieron innumerables causas penales injustas contra opositores, activistas políticos y críticos del gobierno.
Se adoptaron medidas sin precedentes para silenciar a los medios de comunicación en relación con las investigaciones sobre la «Organización Terrorista Fethulah Gulen». En Noviembre pasado, Tahir Elci, presidente del Colegio de Abogados de Diyarbakir y conocido defensor de los derechos humanos, murió por disparos después de ofrecer un comunicado de prensa en Diyabakir.
En el informe de Amnistía Internacional, también se hace referencia a la limitación del derecho de reunión pacífica, el que continúa controlado. También se sostiene que aumentaron los casos denunciados de tortura y malos tratos en detenciones, mientras que la impunidad de quienes llevan adelante estos tratos inhumanos y degradantes se encuentra plenamente amparada por el gobierno de Erdogan.
La situación de las violaciones a los derechos humanos, han encendido la luz de alerta en la comunidad internacional. Hoy hay en Turquía al menos 20 periodistas encarcelados, dato este otorgado por “The Commitee to Protect Journalistes, en New York”, aclarando asimismo este Comité, la dificultad en conseguir información acerca de estas causas.
La purga ha comenzado. Al día de hoy las detenciones de 6.000 personas de acuerdo a información brindada por el Ministerio de Justicia de Turquía, como las destituciones de casi 3000 jueces, atentan contra la democracia. El Ministro Turco Bekir Bozdag, manifestó que “…el gobierno seguirá limpiando las instituciones del Estado y el Ejército”. Entre los detenidos está el Coronel Ali Yazici, asistente militar personal de Erdogan. Esta macro purga en Turquía sólo tiene como antecedente, el golpe de Estado de 1980, donde los militares golpistas produjeron más de 150.000 detenciones, cientos de asesinatos, desapariciones y una gran “depuración” en todos los estamentos del Estado.
Históricamente las purgas solo han traído oscuridad y muerte. Basta recordar las purgas de Stalin cuya cara visible del terror comenzó con los llamados “juicios de Moscú”, celebrados en diciembre de 1936, Enero de 1937, y marzo de 1938. En estos juicios fueron juzgados los principales dirigentes de la revolución bolchevique que permanecían en Rusia. Tanto a ellos, como a cientos de mujeres y hombres que se atrevieron a levantar la voz en contra de Stalin, fueron obligados a confesar crímenes que no habían cometido, torturados, asesinados o desterrados.
Durante el discurso en el aeropuerto de Estambul, luego de haber retomado el control del País, el Pte. Erdogan se refirió al golpe como “Un regalo de Dios”, dejando traslucir en dichas palabras cuál será su política de ahora en más. Quizás creyéndose con el poder absoluto de profundizar las purgas y convertirse en un presidente con facultades tales que el electorado no ha dado, ya que no le otorgó carta blanca, ni patente de corso para llevar adelante su política de violación a los derechos humanos, intentando, entre otras cosas, la reimplantación de la pena de muerte y la reforma de la Constitución, de manera tal de legitimar su intención de poseer un poder absoluto.
Hoy por hoy, este intento se vería frenado por el Parlamento, ya que para lograr estas modificaciones necesita los 2/3 de los votos y no cuenta con ellos. La situación en Turquía es preocupante. El Gobierno de Ankara, debe respetar las Instituciones democráticas. Debe entender que la legitimidad que le dieron los votos para acceder al gobierno,
no trae consigo carta blanca para violentar los derechos humanos.
«La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea), no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa diferente», Rosa Luxemburgo.