Lula llama a terminar las campañas de odio y pide regulación global de plataformas digitales
BrasilEl presidente brasileño envió un mensaje: «Lo que ocurrió el 8 de enero en Brasilia fue la culminación de una operación que utilizó la mentira como munición».
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, instó a la comunidad internacional a actuar «ahora» contra las campañas de odio en línea, en el marco de una conferencia mundial de la Unesco sobre la desinformación y la incitación al odio, que empezó el martes en París con representantes de gobiernos, empresas y sociedad civil. En un mensaje en inglés leído en la conferencia por su enviado, Lula hizo referencia directa a la violenta revuelta del 8 de enero en Brasilia, cuando miles de partidarios del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro irrumpieron en el palacio presidencial, el Congreso y el Tribunal Supremo. Entre los ponentes de esta conferencia están la periodista filipina Maria Ressa, premio Nobel de la Paz, una de las voces críticas contra el expresidente filipino Rodrigo Duterte.
«La mentira como munición»
«El mundo ha sido testigo de los ataques de extremistas» contra edificios públicos en Brasilia, dijo Lula en su mensaje, leído por Joao Brant, secretario de Seguridad Digital del ministerio de Comunicaciones de Brasil. «Lo que ocurrió ese día fue la culminación de una campaña, iniciada mucho antes, que utilizó la mentira y la desinformación como munición» y cuyos «objetivos eran la democracia y la credibilidad de las instituciones brasileñas», continuó el mandatario.
«Esta campaña fue alimentada, organizada y difundida a través de varias plataformas digitales y aplicaciones de mensajería. Esto debe terminar», insistió Lula. Bajo el nombre «Por una Internet confiable», la conferencia mundial de la Unesco responde al llamado del secretario general de la ONU, António Guterres, para combatir la desinformación.
Representantes de Unesco declararon que «las plataformas digitales se han utilizado como vectores de desinformación, discursos de odio, teorías de conspiración y otros contenidos potencialmente perjudiciales para la democracia y los derechos humanos». El organismo de Naciones Unidas invitó a debatir en el encuentro un proyecto de directrices para regular las plataformas digitales y mejorar la fiabilidad de la información, protegiendo la libertad de expresión y los derechos humanos.
«Un entorno digital más justo y equilibrado»
Miles de representantes de gobiernos, organismos reguladores, empresas digitales, universidades y sociedad civil participan de manera presencial o a distancia en esta reunión en la sede de la Unesco en París. Lula confió en que esta reunión sea el inicio de un amplio diálogo para regular el sector y «para construir un entorno digital más justo y equilibrado».
«No podemos permitir que la integridad de nuestras democracias se vea afectada por las decisiones de unos pocos actores que hoy controlan las plataformas», aseguró el presidente brasileño. La regulación, enfatizó, «debe garantizar el ejercicio de los derechos individuales y colectivos. Debe corregir las distorsiones de un modelo de negocio que genera ganancias explotando los datos personales de los usuarios. Para que sea eficiente, la regulación de las plataformas debe prepararse con transparencia y mucha participación social».
El brasileño, que derrotó en elecciones a Bolsonaro en octubre pasado por el margen más ajustado de la historia electoral de su país, pidió a la comunidad internacional «trabajar ahora para brindar respuestas efectivas a este desafiante problema de nuestro tiempo». En ese marco, dijo que es necesario un «equilibrio» para garantizar el ejercicio de la libertad individual de expresión y a la vez «asegurar un derecho colectivo: el derecho de la sociedad a recibir información fidedigna, y no la mentira y la desinformación».
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) llamó a «reducir la brecha digital y promover la autonomía de los países en desarrollo en esta área» para que toda la población tenga acceso a internet y garantizar la inclusión digital. «Los países en desarrollo deben poder actuar soberanamente en la economía de datos moderna, como agentes y no solo como exportadores de datos o consumidores pasivos de contenido», agregó.
La directora general de Unesco, Audrey Azoulay, defendió en la apertura del foro que los grandes peligros de internet en la actualidad (la desinformación y el auge de los discursos del odio) no son una «anomalía» ni un «accidente momentáneo», sino una «consecuencia del modelo económico» de las grandes plataformas. «Necesitamos unas directrices», remarcó la máxima responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, «y las necesitamos ahora».
Dado que «se trata de un problema global que no se puede combatir con acciones individuales», Azoulay se declaró «orgullosa» de que Unesco haya tomado la iniciativa como organismo multilateral con mandato sobre el área de la comunicación.
«Imaginen premiar a sus hijos cuando mienten»
De la conferencia participan figuras como el youtuber brasileño Felipe Neto, el secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF), Christophe Deloire, y la abogada colombiana Catalina Botero, integrante del Consejo de Supervisión de Meta. La participante estrella de esta primera jornada fue la Nobel y periodista filipina Maria Ressa, quien pidió el fin de la «impunidad» en la red.
De otra manera, advirtió, la esfera digital seguirá premiando la explotación de las «mentiras» y «miedos». «Imaginen premiar a sus hijos cuando mienten», resaltó Ressa al defender que así es como funcionan las grandes plataformas, recompensando por interés económico lo que, en realidad, mina el derecho a la información.
«Estamos en un mundo muy diferente, donde la libertad de expresión se usa para aplastar la libertad de expresión», argumentó la fundadora del medio independiente Rappler, perseguida en su país por su discurso opuesto al del expresidente filipino Rodrigo Duterte.
Para Ressa, la forma en la que se intentó hasta ahora contener el odio y la desinformación en la red se resumen en una metáfora: es como tener un río contaminado y buscar resolverlo tomando una botella de agua, purificándola y volviendo a echar el líquido a la corriente. «Hay que mirar a la fábrica que está contaminando el río», pidió la Nobel de la Paz de 2021.
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