Los mensajes entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández refuerzan la señal de tregua, pero por debajo se mantiene el enfrentamiento
ArgentinaEn ambas facciones consideran que cada una dejó sentada su posición y evalúan que salieron fortalecidos; nuevos gestos, trato frío y la certeza de que solo “todos dentro” podrán ser competitivos en las urnas
A días de que la interna oficialista tocara un nuevo pico, en el Frente de Todos hay quienes empieza a hablar de una tregua. A eso se suma que en los últimos días hubo intercambios vía Telegram entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que llevaban largas semanas sin hacerlo. De ambos lados son cautelosos y evitan dar más datos sobre cuándo lo hicieron y sobre qué hablaron. El equilibrio es frágil y en ambas orillas son conscientes de que sin unidad no hay posibilidad electoral alguna.
Más allá de esos diálogos hay cierta expectativa después de lo que pasó en las últimas semanas. “Se están bajando decibeles, se van a ver gestos”, deslizan en el kirchnerismo. Otras fuentes se animan a postular que esos “gestos importantes” se conocerán “en las próximas horas”, aunque evitan precisiones. “Empieza un camino de concordancia”, juran, aunque el historial entre ambas terminales del Frente de Todos abona el escepticismo. De hecho, detrás de las primeras frases cargadas de buenas intenciones, afloran rápidamente viejos y renovados rencores.
Todo después de que una semana atrás, desde las filas del ministro del Interior y hombre fuerte de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro, hicieran trascender su fuerte malestar con Fernández por no haberlo invitado a un acto junto al brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva y organismos de derechos humanos. “Mezquindad” y “falta de códigos” fueron algunas de las acusaciones contra el Presidente, que tuvo a los ministros Victoria Tolosa Paz y Aníbal Fernández como escuderos para señalarle la puerta de salida a De Pedro.
“De un cuento hicieron Cien años de soledad”, acusó un kirchnerista a los albertistas, al tiempo que buscó dejar atrás lo sucedido.
En línea con la intención de llegar a una tregua, cerca de De Pedro proponen como punto final a la crisis el hilo de tuits que el ministro publicó el lunes por la noche, donde abogó por “aportar sensatez” ante el “revuelo mediático” en torno a la interna del Gobierno. Un mensaje con el que buscó pararse a distancia de la onda expansiva que lo había tenido en el centro pocas horas antes.
Aunque Fernández fue la ausencia más notoria del asado que el martes compartieron Máximo Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof con intendentes del conurbano, en el Ministerio del Interior leen también como una “buena señal” la presencia del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, un albertista de excelente relación con los diferentes sectores del Frente de Todos. También creen que es positiva la posibilidad de que finalmente Fernández concrete el llamado a una mesa nacional, aunque nadie es demasiado optimista respecto de cómo podría funcionar y los alcances reales que tendría.
En el kirchnerismo pareció contribuir a la distensión que en las últimas horas, en declaraciones a radio Perfil, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se haya adjudicado la responsabilidad por la falta de invitación a De Pedro para la reunión con Lula. Un detalle: De Pedro se muestra con Carlotto en la foto de su perfil de WhatsApp. Todo un gesto en medio de sacudidas varias que incluyeron la posibilidad de que Fernández evaluara echar a De Pedro. “No le dio la nafta para eso”, advirtieron desde los sectores más duros del kirchnerismo. “Si no lo hizo fue para no agigantar las cosas y mantener la unidad que tanto le ha costado”, completan cerca del mandatario. Desde donde agregan que “lo de Estela dejó al descubierto la mentira en la que montaron la operación de que Alberto era el culpable por la no invitación”.
Cerca de Fernández, por su parte, se muestran satisfechos con el devenir de la crisis. Creen que el Presidente se mantuvo en su posición “sin tener que ir al barro a responder”. Están también quienes creen que la conducta “repetitiva” de ataques desde el camporismo y el kirchnerismo “no hacen más que demostrar una desconexión total con la realidad”. Y consideran que “deja en evidencia” la “falta de entender la política”, donde, insisten, las diferencias se “salvan de otra manera”.
Sobre la delimitación de su posición también apuntan desde las filas de De Pedro, donde creen que todo lo sucedido sirvió para fijar lugar. “Quedó claro que hay cosas con las que no se joroban, se mostró cuál es su lugar”, expresó un hombre cercano al kirchnerismo.
“A nadie le conviene esta pelea. Lo entendieron todos los actores. Vino el aviso de que Wado no se va a comer ni media y la convivencia va a seguir siendo fría”, evaluó un kirchnerista a modo de conclusión.
Frialdad y tregua son dos de los conceptos que más se repiten por estas horas, donde no son pocos los que creen que sin solución de fondo posible es difícil continuar, pero muchísimo más sin unidad. En ese escenario lo único que los ilusiona con mayor convicción es que las diferencias internas de la oposición son cada vez más visibles, según coinciden en hacer referencia desde ambas terminales.
LA NACIÓN