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Los legisladores del Frente Amplio tuvieron un primer encuentro antes de asumir el poder y fijaron las leyes que pretenden que se aprueben en este período. Un tema central es cambiar el sistema penitenciario

El 1° de marzo el Frente Amplio regresa al poder en Uruguay después de cinco años de gobierno de Luis Lacalle Pou. Quince días antes asumirá un nuevo Parlamento en el país, que tendrá como característica que después de mucho tiempo ninguno de los bloques tendrá la mayoría absoluta (la coalición de izquierda solo la tiene en el Senado). Por lo tanto, para que un proyecto de ley prospere será clave la negociación.

Los legisladores electos, que están a menos de un mes de asumir sus cargos, ya empiezan a pensar en las primeras leyes que ingresarán al Parlamento.

La bancada de senadores electa del Frente Amplio se reunió por primera vez este lunes para definir las prioridades y establecer las estrategias de cara al primer año de la legislatura. La regulación de los ingresos a las intendencias y la despenalización de la eutanasia –dos proyectos que fracasaron en su trámite parlamentario en el quinquenio anterior– son dos de los asuntos que estarán sobre la mesa.

Además, los senadores de la coalición de izquierda también van a proponer la descentralización del sistema penitenciario (lo que significa que no dependa más del Ministerio del Interior), según informó La Diaria.

Uno de los primeros proyectos que deberá tratar el Parlamento será la ley de Presupuesto de Yamandú Orsi, así como también la Rendición de Cuentas del gobierno actual, en la que se presentará el resultado fiscal de este año (una de las polémicas de la transición).

El senador Daniel Caggiani será el coordinador de la bancada del Frente Amplio. “Cuando el Poder Ejecutivo entrante envíe al Poder Legislativo el mensaje en el que dé cuenta de cuál es el estado de situación financiera y económica del gobierno y, sobre todo, de la situación macroeconómica y la situación social, se sabrá cuál” la herencia, señaló el legislador electo.

Del encuentro también participó la vicepresidenta electa, Carolina Cosse, quien señaló que entre los temas prioritarios se encuentran algunos proyectos presentados por la fuerza política durante la legislatura pasada y que quedaron “archivados”.

Uno de esos proyectos es para regular el ingreso a las intendencias. El texto presentado en la legislatura actual tenía un único artículo. Y establecía: “Los ingresos y ascensos de personal a los gobiernos departamentales deberán realizarse a través de concursos públicos conforme a los principios de publicidad, transparencia, igualdad de oportunidades y a la justa ponderación entre la capacidad técnica y los méritos y antecedentes de cada persona”.

“En su defecto –agrega–, los ingresos de personal podrían realizarse a través de sorteos públicos convocados y celebrados por los Gobiernos departamentales de acuerdo a los principios de publicidad, transparencia e igualdad de oportunidades”.

El proyecto de ley se puede resumir diciendo que lo que busca es impedir las designaciones directas. El texto naufragó en el Senado por la negativa para votarlo del oficialista Partido Nacional, la colectividad política que más intendentes tiene en Uruguay.

Otros proyectos que piensa el futuro oficialismo y que quedaron por el camino es la regulación de la eutanasia y el de intentar generar otro marco normativo para la forestación, una propuesta que fue aprobada en el Parlamento pero vetada por el presidente Luis Lacalle Pou.

Además, se impulsa la descentralización del Instituto Nacional de Rehabilitación, la oficina a cargo de las cárceles, que actualmente está en la órbita del Ministerio del Interior.

Respecto a la eutanasia, legisladores electos ya comenzaron los contactos para intentar aprobar el proyecto. El texto que ingresará al Parlamento se basará en la propuesta que fue aprobada en Diputados en la legislatura actual pero archivada en el Senado. Establecía condiciones médicas y legales para que una persona exprese por anticipado su deseo de morir cuando ya no hay salida para su patología o enfermedad. Esta voluntad anticipada debía ser expresada y reafirmada en cuatro oportunidades y, en al menos tres, tiene que haber testigos.

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