La marcha de #NiUnaMenos en Argentina se tiñe de verde a favor del aborto legal
MujeresLa lucha feminista ha calado entre las generaciones más jóvenes de Argentina, que presionan para lograr cambios. En junio de 2015, una multitudinaria manifestación bajo el lema #NiUnaMenos puso en la agenda pública los feminicidios y demandó medidas para evitarlos. En años posteriores se sumó la exigencia de igualdad salarial entre hombres y mujeres. Este lunes decenas de miles de personas han salido a las calles con pañuelos verdes, el color que identifica la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito. «Aborto legal en el hospital», cantaban los manifestantes, en su mayoría adolescentes, mientras recorrían la Avenida de Mayo de Buenos Aires hacia el Congreso, donde el próximo 13 de junio se votará el proyecto de ley para despenalizar la interrupción voluntaria del embarazo.
«Sin duda el verde tiñe a la marcha de #NiUnaMenos. Es un momento histórico y las diputadas y los diputados tienen que tomar conciencia de que no pueden decidir sobre políticas públicas imponiendo sus creencias religiosas y personales», dice la periodista Carbajal, una de las fundadoras del movimiento que convocó a la primera movilización, hace tres años. «Hoy el costo político es no votar a favor de la despenalización y legalización del aborto. Te lo dice la enorme cantidad de adolescentes que estamos viendo en las calles movilizadas con pañuelos verdes y exigiendo una ampliación de derechos», agrega Carbajal, mientras se refugia de la lluvia bajo un paraguas rosa.
Estudiantes de secundaria de entre 12 y 17 años son mayoría en muchas de las columnas de manifestantes que hoy tomaron el centro de la capital argentina. «Queremos que cada persona tenga la opción de decidir si quiere o no abortar y que no muera ni una mujer más por un aborto clandestino», expresa Luna, alumna de sexto de secundaria que ha concurrido a la marcha con sus compañeras de clase. «Estamos acá por todas las chicas que no pueden estar», cuenta Michele, de 17 años, quien participa por primera vez de una marcha de #NiUnaMenos. En Argentina es ilegal interrumpir el embarazo excepto en casos de violación y de riesgo para la salud de la madre, pero centenares de miles de mujeres desafían la prohibición y recurren a abortos clandestinos. Cada año se registran entre 350.000 y 450.000 interrupciones del embarazo en el país, según estimaciones citadas en el Congreso por el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein. En 2016, cerca de 10.000 gestantes tuvieron que ser internadas por complicaciones derivadas de un aborto y 43 murieron.
Más de 250 feminicidios en 2017
El debate sobre el aborto legal ha dejado en segundo plano el fracaso de las políticas públicas contra la violencia machista. Después de tres años de movilizaciones, la cifra de feminicidios se mantiene. En 2017, 251 mujeres fueron asesinadas por el hecho de ser mujeres, según los datos difundidos este lunes por la Corte Suprema de Justicia a partir de causas judiciales. La ONG La Casa del encuentro lo eleva hasta 295, ya que el recuento oficial excluye los casos en los que el agresor se suicidó tras cometer el crimen.
La demanda de aborto legal va acompañada de la necesidad de que las escuelas impartan educación sexual integral para prevenir embarazos no deseados, que son siete de cada diez en adolescentes. La norma aprobada hace 12 años no se cumple, aseguran las estudiantes, al denunciar que en muchos colegios, en especial los religiosos, reciben información incompleta y sesgada. «Tuvimos sólo una clase de educación sexual en todo el secundario, a los 15 (años). Fue bastante informativa pero sólo sobre relaciones heterosexuales, nada sobre personas del mismo sexo», denuncia Michele, estudiante de una escuela católica en el barrio de Palermo. «Este año vieron que había mucho debate y tuvimos una clase por primera vez, pero fue ridículo porque ya estamos en séptimo, es demasiado tarde», dice Lucía. A punto de cumplir 18 años, cuenta que una amiga suya abortó con pastillas hace unos meses: «Fue una situación angustiante porque no sabía dónde ir si algo salía mal».
A pesar de la llovizna que cayó hoy sobre Buenos Aires y las bajas temperaturas, la convocatoria fue multitudinaria. «Tranquila mamá, que hoy no voy sola por la calle», se leía en la pancarta de una joven que estaba rodeada de muchas otras manifestantes. Sin embargo, el aborto no goza del apoyo unánime que tiene la lucha contra los feminicidios y se escucharon voces críticas. Los antiabortistas convirtieron en tendencia en Twitter #AbortoNoEsNiUnaMenos y viralizaron un vídeo contra la despenalización protagonizado por familiares de víctimas de feminicidios que participaron en marchas previas. «No se puede reducir la magnitud del Ni Una Menos a una parte de un debate, a una forma de violencia a la que yo no adhiero, que es el aborto», opina en la grabación Jimena Adúriz, madre de Ángeles Rawson, asesinada con 16 años. Después se escucha a Verónica Camargo, madre de Chiara Páez, una joven de 14 años a la que mató su novio cuando estaba embarazada. «Si relacionamos el #NiUnaMenos con el aborto me siento mal, incómoda, porque si decimos Ni Una Menos, el bebé también es uno menos. También tenemos que defender esa vida», dice Camargo.
Una niña pide la legalización del aborto en la marcha de Ni Una Menos. AFP
Desde que la Cámara baja comenzó a debatir la despenalización del aborto en comisiones, más de 700 oradores han dado argumentos a favor y en contra en los últimos dos meses. Terminadas las exposiciones, falta emitir dictamen y votar el proyecto de ley. Las opiniones están muy divididas: 112 diputados han anunciado que votarán a favor y 115 en contra. Hay 29 que se declaran aún indecisos. Las feministas intentan convencerlos con las encuestas en la mano: casi todas muestran que más del 50% de la población respalda la descriminalización del aborto, un porcentaje que crece entre los más jóvenes. Los antiabortistas tienen a la Iglesia a su lado, que ha endurecido su postura en los últimos días y conserva una gran influencia en el norte del país.
Argentina fue pionera en América Latina en aprobar el matrimonio gay en 2010 y la ley de identidad de género en 2012. La campaña a favor del aborto legal, seguro y gratuito quiere que el país vuelva a «hacer historia» en un continente donde sólo Uruguay y la capital de México tienen una ley de plazos similar a la de la mayoría de países europeos.
Mar Centenera
EL PAÍS