La conmoción que causa en Brasil el asesinato de la popular concejala de izquierda de Río de Janeiro Marielle Franco
NoticiasMarielle Franco, destacada activista de los derechos humanos y la quinta más votada en las elecciones de 2016 para el Concejo de Río de Janeiro, fue baleada la noche del miércoles cuando volvía de un acto político.
Ocurrió en pleno centro de la capital carioca. Franco, concejala del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL), volvía del evento en su vehículo, junto a un conductor y su asesora.
Un automóvil se puso al lado y desde el interior le hicieron hasta nueve tiros. La activista y el conductor fallecieron, mientras que su asesora resultó herida leve.
Franco fue alcanzada por al menos cuatro tiros en la cabeza.
Los pistoleros huyeron de la escena, sin robar nada, según las autoridades; eso ha hecho sospechar a algunos que se trató de un atentado político.
De momento, no obstante, la policía no lo califica como tal.
El caso ha conmocionado a la sociedad brasileña.
Multitudinarias protestas
Los restos de Franco fueron inhumados este jueves en el cementerio de Cajú, en el norte de Río de Janeiro.
Esta muerte encendió las protestas en el centro de la ciudad donde se concentraron decenas de miles de personas.
Los manifestantes exigieron justicia y el fin de la intervención federal en el estado de Río de Janeiro.
El fin de la guerra contra las drogas que se libra en las favelas fue otro de los reclamos de las personas que marcharon este jueves. Ese enfrentamiento -dicen- victimiza a millares de jóvenes en su mayoría negros que viven en zonas periféricas o de bajos recursos.
«Basta de muerte, de intervención, llegó la hora de la reacción», fue una de las consignas que se escuchó.
La ciudad de Sao Paulo también fue escenario de protestas. Allí una multitud se congregó en la avenida Paulista.
Una política «incómoda»
Marielle Franco, procedente del complejo de favelas de la Mar, era conocida por sus duras críticas a la gestión del gobierno de Michael Temer contra la violencia, en concreto contra la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro.
Temer decretó el pasado febrero la intervención federal en la seguridad de la ciudad para combatir la ola de violencia, una medida que cede a los militares el control hasta finales de 2018.
La acción fue aprobada por el Congreso pero causó controversia y críticas de residentes, que acusan a las autoridades de acoso.
Un día antes de que fuera baleada, Franco colgó un mensaje en redes sociales en el que volvía a cargar contra las fuerzas de seguridad.
«Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía. Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia. ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?».
«No estaba bajo amenaza, pero incomodaba a muchos policías truculentos y milicianos», señaló a BBC Brasil el diputado Chico Alencar, del mismo partido que Franco.
A ojos de Alencar, su compañera era «muy valiente».
«Incomodaba a pequeñas y grandes mafias», agregó, sin especificar.
El partido de Alencar quiere que la policía federal participe en la investigación del crimen, que de momento está a cargo de la policía civil.
El político destacó en conversación con BBC Brasil que el 90% de los crímenes en Brasil quedan sin resolver.
El presidente Michael Temer calificó el asesinato de «extrema cobardía» y aseguró que no quedará impune.
La ONU condenó lo ocurrido y pidió al gobierno que se realice una investigación «profunda, independiente y transparente» para que sea creíble.
Amnistía Internacional, por su parte, se sumó a esa petición a través de un comunicado dirigido a las autoridades.
«No pueden quedar dudas acerca del contexto, motivación y autoría del asesinato de Marielle Franco», consideró la ONG, resaltando el perfil de la víctima, reconocida por su histórica lucha «por la defensa de los derechos de las mujeres negras, de los habitantes de favelas y periferias» y de «la denuncia de la violencia policial».
BBC Mundo