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Mónica Xavier
Partido Socialista de Uruguay
Secretaria general del Partido Socialista de Uruguay, senadora de la República y presidenta del Frente Amplio entre 2012 y 2015

Vivimos una semana dura. En pocos minutos, la se llevó vidas de compatriotas. También arrasó con casas, emprendimientos, tendido eléctrico, vías de comunicación. Y no solo fue en esa localidad. Las inclemencias del clima tampoco dieron tregua en San José, Maldonado, Rocha, Durazno, Paysandú, Florida, Canelones, Lavalleja, Colonia, Salto, Flores, Soriano, Montevideo.

El Sistema Nacional de Emergencia inmediatamente se puso en marcha, y logró amortiguar estos devastadores eventos. Se puso a prueba la coordinación de miles de recursos, tanto institucionales como los que llegan desde la ciudadanía de todos los rincones del país. Digno del mayor reconocimiento.

Sin embargo esta cadena de solidaridades no debe disimular que hubo gente que aprovechó estas trágicas circunstancias para el saqueo, que aprovechó la fatalidad de sus vecinos para robar. ¿Cómo explicarlo? Me resulta tan incomprensible como inadmisible.

Quienes analizan opinión pública indican que inseguridad es el tema que está al tope de las preocupaciones ciudadanas. Y estos hechos nos hablan de la complejidad del fenómeno. Nadie en el gobierno mira para otro lado con el tema inseguridad. Invertimos como nunca antes, tanto en recursos humanos como en infraestructura. Sin embargo los delitos continúan.

Cuando el presidente Tabaré Vázquez convoca a la oposición para trabajar políticas de estado sobre este tema tan acuciante, los principales líderes de la oposición negaron su participación desde el argumento que “no están para salir en la foto” (vale aclarar que no hubo tomas gráficas del encuentro) ¿Qué cálculo hacen? Faltar al compromiso no es forma de contribuir a acuerdos. Rehuir al encuentro no es forma de construir políticas de estado.

Esa actitud de negativa al diálogo jamás puede albergar las soluciones que tanto exaltan. Esa actitud de ausencia denota más que búsqueda de soluciones, la intención de medrar con un tema que golpea fuerte a nuestra sociedad. No acuden a dialogar con el presidente pero vociferan mágicas soluciones a través de cuanto micrófono se les pone por delante. Inclusive tienen espacio para la ironía, exclaman: “se acabó el recreo”. Y repiten como mantra el aumento de penas como receta excluyente para terminar con los delitos. A ver, no hay lugar en el mundo donde esto haya funcionado. Ahora mismo las cárceles tienen más reclusos que nunca antes. Pero eso no mejora la seguridad.

El sábado pasado, el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos brindó una estupenda conferencia en la Facultad de Ciencias Sociales, en la cual, entre tantas removedoras ideas, expresó: «estamos en un tiempo donde los temas nos obligan a repensar y quizá a des-pensar mucho de lo que hemos pensado, y pensar de nuevo, hacernos una crítica que nos dé otras gafas, otro modo de ver el mundo y que nos ayude a encontrar soluciones».

De pique, tenemos que estimular el espíritu que nos permite luchar codo a codo contra las inclemencias climáticas, para la reconstrucción de ciudades y hogares, y, de ese mismo modo, todos juntos, tenemos que ser capaces de encontrar reales soluciones a la seguridad pública. Para lograrlo, debemos terminar con la inclemencia política.