Gustavo Petro logra a última hora la mayoría en el Congreso
ColombiaA menos de 24 horas de la instalación del nuevo legislativo, el presidente electo garantiza las alianzas que necesita para pasar sus reformas en Colombia
Horas antes de que se instale el nuevo Congreso colombiano este miércoles, el presidente electo Gustavo Petro se reunió el martes en la tarde con una persona clave que necesitaba para obtener mayorías en el legislativo: Dilian Francisca Toro, una exsenadora que dirige actualmente el partido de La U, una bancada que fue del uribismo y del santismo en décadas pasadas, y que ahora ha saltado al proyecto del petrismo. “Alcanzar un gran Acuerdo Nacional por los olvidados nos debe unir como país”, escribió Toro en sus redes sociales después de la reunión, junto a una foto sonriendo con Petro. “Es un propósito que compartimos con el presidente Gustavo Petro con quien hoy trabajamos en la construcción de una agenda por la paz social y política”, añadió. Dos horas antes de la media noche, la bancada de La U confirmó a los medios que serán Gobierno.
Con la adhesión de los congresistas de La U, el presidente electo logra consolidar su coalición partidista: obtiene el apoyo de 63 de 108 senadores, y 106 de 188 representantes en la Cámara. Una paradoja es que La U, un partido que se fundó gracias al expresidente Álvaro Uribe en el 2006, el gran contradictor político de Petro, ahora será un actor clave para aprobar las ambiciosas reformas de izquierda que prometió el presidente electo en campaña.
La adhesión de La U es una victoria de Petro pero también de uno de sus aliados claves durante la campaña, el senador Roy Barreras, un político que ahora está con el partido Pacto Histórico de Petro, y que seguramente será elegido como presidente del Senado este miércoles. Barreras fue congresista de La U del 2010 al 2020, también fue presidente de ese partido, apoyó la mano dura de Uribe pero también el proceso de paz del expresidente Juan Manuel Santos. Aunque Barreras renunció en 2020 a la colectividad, ahora ha sido uno de los alfiles políticos que lleva toda la semana reuniéndose con otros partidos para garantizar las mayorías a Petro. “He recibido la instrucción del presidente de construir las mayorías parlamentarias”, dijo la semana pasada a EL PAÍS. A pocas horas de instalarse como Senador, lo logró.
El camino no se veía tan fácil para Petro en marzo, cuando ocurrieron las elecciones legislativas, dos meses antes de las presidenciales. Aunque en ese entonces el Pacto Histórico logró elegir una de las bancadas más grandes en la Cámara de Representantes y el Senado, no contaba aún con las mayorías: 20 senadores y 28 representantes. Pero después de ser elegido presidente en junio, la alta popularidad de Petro ha jugado a su favor, y tanto él como sus aliados políticos han hecho una maratón de reuniones con varios partidos para garantizar los apoyos que necesitan.
Primero llegaron los más evidentes. Se declararon parte de la coalición de gobierno partidos progresistas como la Alianza Verde, y otros muy afines ideológicamente, como Comunes, el partido de las extintas FARC que tiene derecho a 5 curules en las dos cámaras. Pero la primera gran victoria llegó la semana pasada, el 13 de julio, cuando el Partido Liberal anunció que haría parte de la coalición de gobierno. Petro y el director del Partido Liberal, César Gaviria, habían tenido varios desencuentros antes de las presidenciales, y Gaviria siempre terminaba en la esquina opuesta a la del presidente electo, a pesar de que algunos de sus congresistas ya apoyaban al Pacto Histórico. Con la llegada de toda la bancada liberal, después de la victoria presidencial, el petrismo ganó 14 curules más en el Senado y 33 en la Cámara de Representantes. Aún no eran mayoría, pero estaban a un milímetro de lograrlo.
El último esfuerzo se dio entonces alrededor de los tres grandes partidos que aún no lograban decidirse entre ser independientes, gobierno, u oposición (de acuerdo a la legislación colombiana, tienen hasta el 7 de septiembre para declararse en una de esas tres opciones). Además de La U, estaba el Partido Conservador, con 15 senadores y 27 representantes, donde los militantes y sus directivos han estado divididos al respecto: el presidente del partido que quería estar en la oposición renunció, y el nuevo director ha sido más cercano a la idea de apoyar al gobierno en algunos casos. Aún no se han decidido.
También está Cambio Radical (11 senadores, 18 representantes), donde varios congresistas preferirían estar en la oposición, pero el presidente del partido, Germán Vargas Lleras, se reunió con Petro con la posibilidad de llegar a algunos acuerdos. “Saludo la invitación a dialogar”, escribió Vargas Lleras en una columna. “Yo estoy seguro de que los partidos y movimientos políticos estarán atentos a escuchar las propuestas y a buscar los consensos necesarios”. Pero, por ahora, siguen entre los indecisos.
El único partido que se ha declarado abiertamente en oposición, como esperado, es el Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, que cuenta con 13 senadores y 16 representantes. Menos de 24 horas antes de la instalación del nuevo Congreso, el partido publicó un comunicado con sus razones.
“Nos opondremos a políticas gubernamentales de altos impuestos que deterioren nuestro sistema productivo”, dice sobre una reforma tributaria. “Defenderemos al sector agropecuario de la expropiación”, sobre una posible reforma agraria, aunque Petro ha prometido varias veces que no piensa expropiar. También dice que van a proteger la austeridad del Estado —oponiéndose a la creación de nuevas burocracias— y que vigilarán lo que consideran “amenazas a la institucionalidad de la Policía”, ya que el presidente electo ha dicho que esa institución debe salir de la gerencia del Ministerio de Defensa.
Los uribistas, sin embargo, entran a la nueva legislatura sin su líder natural, el expresidente Uribe, que en el Congreso anterior era senador hasta que renunció a su curul cuando avanzó una investigación penal en su contra. Hasta ahora el Centro Democrático ha sido una de las bancadas más cohesionadas en el Congreso —a diferencia de la bancada de liberales, que ahora apoyan ahora al petrismo—, pero tendrán que demostrar qué tan unidos pueden estar sin la presencia de Uribe en el Senado.
El otro que dejó entrever que estará en la oposición —aunque también se reunió con Petro—es el excandidato presidencial, Rodolfo Hernández, que fue derrotado en la segunda vuelta pero tiene derecho a una curul en el Senado por ser el segundo candidato presidencial más votado. “Mi compromiso será hacer oposición”, escribió en redes sociales cuando recibió su credencial de congresista. En el primero año legislativo que arranca hoy, sin embargo, la oposición entra al nuevo Gobierno como una minoría. A pocas horas de instalarse el nuevo Congreso, Petro logró la coalición que lleva meses trabajando.
EL PAÍS