El tribunal electoral brasileño amplía sus poderes para combatir el aluvión de noticias falsas
BrasilLas decisiones de la institución frente a la desinformación provocan críticas por su impacto sobre la libertad de expresión
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil se rearma frente a las noticias falsas. La institución ha aprobado este jueves ampliar sus poderes para combatir la desinformación que inunda la recta final de las elecciones presidenciales del país. A partir de ahora, las plataformas de redes sociales tendrán un máximo de dos horas para eliminar las publicaciones alcanzadas por una orden judicial, frente a las 24 horas actuales. Además, el TSE podrá extender la aplicación de sus órdenes a otros usuarios que hayan replicado contenidos similares a los ya eliminados. Las medidas del tribunal contra las publicaciones en Internet ya han levantado recelos por su impacto en la libertad de expresión.
El objetivo de la resolución es agilizar los procesos de retirada de contenidos falsos. Antes, el TSE solo ordenaba la eliminación de publicaciones hechas por usuarios denunciados por las campañas. Eso no afectaba a las personas que replicaban ese mismo contenido, pero que no formaban parte de la denuncia original. Para tapar ese nuevo agujero, el denunciante tenía que presentar otra queja ante el tribunal, lo que resultaba farragoso y permitía que las noticias falsas se viralizasen sin freno.
Ahora, en cambio, el TSE podrá ordenar de inmediato la eliminación de todas aquellas publicaciones que repliquen contenido ya suprimido. Los plazos de retirada de estos contenidos por parte de las redes sociales serán mucho más cortos: dos horas para los próximos días y solamente una hora durante el periodo que va de las 48 horas anteriores a la elección hasta los tres días posteriores. Las multas en caso de incumplimiento oscilan entre los 100.000 y los 150.000 reales diarios, entre 19.000 y 28.000 dólares. La producción “sistemática” de desinformación también podrá ameritar una suspensión temporal de perfiles y cuentas.
La ampliación de poderes llega un día después de que el ministro presidente del TSE, Alexandre de Moraes, se reuniera con representantes de plataformas como Facebook y Google para avisarles de que iban a endurecer las medidas. “Tuvimos, gracias al apoyo de las plataformas y de las redes sociales, una primera vuelta dentro de lo razonable, quizás hasta mejor de lo que esperábamos. Sin embargo, en esta segunda vuelta estamos empeorando cada vez más en este aspecto”, dijo, en declaraciones recogidas por los medios brasileños.
Las denuncias contra publicaciones de veracidad dudosa en plataformas digitales han aumentado un 1.671% en estas elecciones respecto a las municipales de 2020, según el TSE. Entre las noticias falsas más sonadas, está la acusación de que el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva va a cerrar las iglesias si gana, un disparate que ha sido divulgado por los propios hijos de Bolsonaro y que ha tenido mucho eco entre los votantes evangélicos. El tribunal electoral ha ordenado eliminar este tipo de contenido cada vez que ha sido denunciado.
Lula tampoco se libra de las decisiones del TSE. Hace poco, su campaña divulgó propaganda hecha a partir de una entrevista en la que el actual presidente y candidato a la reelección Jair Bolsonaro se refiere en términos sensuales a un encuentro con adolescentes venezolanas. El TSE prohibió el uso de estas declaraciones, a petición de la campaña del ultraderechista, por haber sido “sacadas de contexto” y por tratar de vincular al candidato a un crimen sexual.
El activismo del TSE ha provocado roces con políticos y medios de comunicación. La línea que separa la censura de los esfuerzos contra las noticias falsas es delicada, señalan algunas voces. En un editorial de la semana pasada, el importante diario Folha de São Paulo pedía al TSE más “parsimonia” y encontrar un equilibrio. “No hay tribunal independiente sin democracia, pero no hay democracia sin libertad de expresión”, señalaba. La Asociación Brasileña de Emisoras de Radio y Televisión (Abert) expresó este miércoles su preocupación por la “escalada de decisiones judiciales que interfieren en la programación de las emisoras”. Unos días antes, el TSE ordenó al canal de radio Jovem Pan conceder un espacio a Lula, al considerar que algunos comentaristas habían expuesto opiniones tendenciosas contra el candidato.
A veces, el TSE ha tumbado contenidos que ni siquiera eran falsos, como el fragmento de una entrevista con el exministro del Supremo Tribunal Federal Marco Aurélio Mello que había sido utilizada por la propaganda electoral de Bolsonaro. En la grabación, Mello decía que la justicia no declaró a Lula inocente por los casos de corrupción, sino que anuló las condenas por defectos de forma en el proceso, lo que es cierto. Está por ver si el TSE va a utilizar sus nuevas atribuciones como arma de precisión contra la desinformación o como una bazuka.
EL PAÍS