El peronismo busca candidato: fortalezas y debilidades de los seis nombres en carrera por disputar la Presidencia
ArgentinaNinguno le ofrece soluciones completas al oficialismo; la presión de Massa, el doble juego de Kicillof y la apuesta camporista por De Pedro; el debate PASO vs. dedazo
La crisis económica y el desorden político del Frente de Todos devora candidatos presidenciales. Caído Alberto Fernández, ratificado el paso al costado de Cristina Kirchner, ahora zozobra el proyecto de Sergio Massa y la ruleta del poder gira sin suerte en busca del postulante que mejor pueda defender al oficialismo en la disputa electoral que arranca con las primarias del 13 de agosto.
La vicepresidenta pugna por ser la gran electora, mientras Fernández se aferra a la porción de poder institucional que le queda para inclinar la balanza hacia una competencia de varios candidatos en las PASO. El debate acuerdo (una forma de disimular el “dedazo” de la jefa) vs. internas es solo una parte del problema que afecta al peronismo. El drama mayor es que ninguno de los hasta ahora seis nombres que podrían quedarse con el lugar principal de la boleta ofrece soluciones completas para disputar el poder con posibilidades de éxito.
¿Qué ofrece cada uno? ¿Cuál es su debilidad? ¿Quién podría encajar en las referencias que dio Cristina sobre lo que debería tener el representante del kirchnerismo? ¿Quiénes se mantienen en el juego a la espera de que se imponga el escenario de que sean los votantes del oficialismo, en unas PASO, quienes ordenen? Lo que sigue es un resumen de los pro y los contra de cada uno de los que están en la carrera más trabajosa del Frente de Todos.
Wado de Pedro
El ministro del Interior aceleró en sus intenciones presidenciales la semana pasada y tuvo un impulso con el augurio de Cristina Kirchner de que la posta de su liderazgo la deben tomar “los hijos de la generación diezmada”. En el kirchnerismo se interpretó como un guiño hacia él, cuyos padres son desparecidos de la dictadura.
Qué tiene a favor: para el kirchnerismo sería llegar con una candidato propio a la pelea presidencial. Es de extrema confianza de Cristina Kirchner, lo que le permitiría a la vicepresidenta ofrecerlo como su continuador sin contradicción. De los kirchneristas puros es quien más se “ablanda”, como potencial puente hacia otros electorados, al ofrecerse como un “dialoguista”. Tiene en marcha la confección de un programa económico, otra condición que plantean Cristina y Máximo Kirchner.
Cuáles son sus debilidades: sus niveles de conocimiento son escuetos, lo que hace que arranque con un piso bajo. Justamente la vicepresidenta dijo que esta era una elección de “pisos y no de techos”, con la prioridad de garantizar un lugar en el ballottage. Un candidato que no despegue en la primera vuelta puede arrastrar a otros cargos que van pegados a la boleta presidencial, sobre todo al postulante a la estratégica gobernación bonaerense. Otra contra: la marca La Cámpora sigue generando resistencias dentro del peronismo y en el electorado general. Algunos oficialistas ven a De Pedro como un compañero de fórmula o un eventual candidato en Buenos Aires.
Axel Kicillof
El gobernador de Buenos Aires marcha a todo ritmo hacia su reelección pero parece correr sobre una cinta. Tuvo que admitir en los últimos días que está abierto a competir por la Presidencia, si fuera “lo mejor para el proyecto”. Es decir, si Cristina se lo pide. Máximo Kirchner ha sido el principal impulsor de la idea de pensarlo para el juego nacional.
Qué tiene a favor: cuando la vicepresidenta resaltó la necesidad de tener un “piso alto” para entrar al ballottage subieron las acciones de la hipótesis “Kicillof presidente”. Las encuestas muestran que es quien mejor retiene el voto duro de Cristina. Al igual que De Pedro, el kirchnerismo podría presentarlo como propio.
Cuáles son sus debilidades: la principal es que no ha demostrado vocación por disputar la presidencia. Es un candidato que polariza y así como aglutina el voto cristinista reproduce sus problemas para pescar fuera de la pecera K. Una segunda vuelta le resultaría muy cuesta arriba. Además, si va a la boleta nacional, abre un problema en la sucesión bonaerense que puede complicarle mucho las cosas al oficialismo con poco tiempo para resolver. ¿Podría quedar De Pedro en su lugar? Es una opción, pero a los intendentes del conurbano les da temblores pensar en un gobernador de La Cámpora.
Sergio Massa
Era el Plan A del Frente de Todos hasta que los resultados de la gestión empezaron a acorralarlo. La sequía lo puso a la defensiva: inflación alta, carencia dramática de dólares y riesgo de recesión no son credenciales que conviertan a un ministro de Economía en candidato a presidente. Él se juega las últimas fichas con las negociaciones para fortalecer las reservas. Exige un candidato único del Frente de Todos, argumenta que “con orden político se puede conseguir orden económico” y pide “generosidad” a sus socios mayoritarios del kirchnerismo. Traducido: elevarlo a la boleta principal fortalecería su trabajo a cargo de la Economía (incluso si tuviera que dejar el cargo formal en uno de sus subordinados de hoy).
Qué tiene a favor: tiene alto nivel de conocimiento y un piso electoral mayor al de la mayoría de sus rivales internos. Exhibe como atributos sus contactos internacionales y empresariales. En su entorno sostienen que es el único en condiciones de pasar a un ballottage y después apostar a saltar el techo del voto duro kirchnerista, sobre todo si la segunda vuelta fuera contra Javier Milei.
Cuáles son sus debilidades: la principal y estridente fragilidad de su proyecto es la actualidad de la economía. Hay quienes ven temerario ofrecer como candidato a presidente al ministro de Economía de un país con 8% de inflación mensual (y subiendo). El próximo índice -de mayo- se conoce a pocos días de la inscripción de candidaturas. Si la crisis se espiralizara puede pulverizar sus chances en pleno proceso electoral. Además, el kirchnerismo -aunque aliado- no lo considera propio. “Para ir a perder, perdamos con uno nuestro”, le atribuyen haber dicho a Máximo Kirchner.
Daniel Scioli
Con mínima estructura pero empujado por Alberto Fernández, el embajador en Brasil se lanzó a la aventura de una revancha, después de su derrota por la mínima en la segunda vuelta de 2015 contra Mauricio Macri. Es la cara visible del reclamo por unas PASO en el Frente de Todos. El subtexto de su postulación es la vocación del Presidente por desafiar el “dedazo” de Cristina Kirchner, pero queda por verse si tendrá combustible suficiente para resistir una eventual bendición de la vicepresidenta a otro candidato.
Qué tiene a favor: sus niveles de conocimiento público son casi del 100%, lo que no es poco en momentos de escasez política. Es poco conflictivo, puede ser aceptado por gobernadores e intendentes del peronismo. Y la Casa Rosada podría aportarle financiamiento y visibilidad para su instalación.
Cuáles son sus debilidades: Cristina ya dio señales de que quiere un candidato único y que el elegido no será él. Una de las herramientas de presión para evitar las PASO es forzar al rival del kirchnerismo a armar una estructura bonaerense propia, con Kicillof y los principales intendentes en la boleta opuesta. De anotarse, además tendría que defender al gobierno de Alberto Fernández. Scioli sabe que es un handicap y ya aclaró que hablará de sí mismo y del futuro.
Agustín Rossi
Casi sin tiempo de instalación, el jefe de Gabinete amaga desde hace semanas con lanzarse a la presidencial. También reclama por las primarias en el oficialismo y se presenta como un kirchnerista, a pesar de ocupar el despacho de al lado de Alberto Fernández, su verdadero valedor. Su proyecto es una suerte de pre-PASO con Scioli: no parece haber espacio para dos candidatos de la Casa Rosada, en el improbable caso de que se termine por habilitar la competencia en agosto.
Qué tiene a favor: se ofrece como alguien que puede sintetizar al kirchnerismo -al que defendió con ahínco cuando lideró el bloque de diputados en los días de Macri-, al peronismo de los gobernadores y al albertismo. De ser confirmado tendría apoyo de la Casa Rosada para su instalación.
Cuáles son sus debilidades: tiene niveles bajos de conocimiento y no aparece prácticamente en las encuestas. Sus últimas experiencias electorales, en Santa Fe, han sido perdidosas.
Juan Grabois
El líder piquetero resiste con su candidatura presidencial, lo que le da una cierta visibilidad pública. Desde ese lugar despotrica contra Massa y contra Scioli, a quienes amenaza con enfrentar si anotan sus candidaturas. En distintas terminales del oficialismo naturalizan su proyecto de postulación como una herramienta de negociación, en busca de conseguir porciones destacadas en las listas legislativas.
Qué tiene a favor: se ofrece como un representante con identidad ideológica clara, capaz de retener dentro del Frente de Todos a potenciales votantes de izquierda. De haber unas PASO, sostienen cerca de él, podría evitar un éxodo de desencantados hacia el trotskismo.
Cuáles son sus debilidades: su intención de voto es muy baja. El kirchnerismo -que suele verlo con simpatía- no quiere ir a unas PASO sino encontrar un candidato único al que volcarle todo el apoyo.
LA NACION