Compañera Tencha: la inolvidable Primera Dama que se mantuvo siempre junto al Presidente Allende
NoticiasCamilo Escalona Medina
Partido Socialista de Chile
Vicepresidente
Un día 18 de Junio, hace 10 años, falleció Hortensia Bussi de Allende, la inolvidable compañera Tencha, que acompañara al Presidente Allende en su larga trayectoria como ministro, parlamentario y luego como Primera Dama de la nación, durante su mandato presidencial, hasta el 11 de Septiembre de 1973.
Inmediatamente después de ejecutado el golpe de Estado la compañera Tencha se irguió sobre su propio dolor, el de su familia y el hondo pesar del pueblo de Chile, ante la tragedia que vivía nuestra patria para emerger con dignidad inquebrantable como genuina representante de Chile ante la comunidad internacional.
El dictador y sus achichincles no eran recibidos o si lo conseguían era por funcionarios de tercer o cuarto lugar en el escalafón de las respectivas cancillerías. Al contrario, Tencha era recibida por los Jefes de Estado o de Gobierno de todos los sectores ideológicos y políticos, no sólo de la izquierda como la dictadura intentaba tapar su aislamiento y la repulsión que ese régimen de terror significaba en el mundo.
Horas después del golpe su primera misión fue dejar los restos del derrocado Presidente Allende en el cementerio Santa Inés, en la Region de Valparaíso, junto al ex edecán aéreo del mandatario. Rodeada de tropas hostiles del régimen dictatorial, tuvo coraje para depositarlos allí hasta que en democracia, recibieran el homenaje que el país quería brindarles y que merecían.
Su destino posterior fue el exilio, dónde no se permitió tregua en la denuncia del terrorismo de Estado y en solicitar apoyo para la causa democrática chilena. Así se elevó su estatura política y moral, siendo interlocutor de las figuras más significativas de la política internacional de ese periodo, en ese rol su mensaje se transformó en una continua interpelación de amplitud y unidad.
Al derrumbarse el exilio logró llegar a Chile para respaldar la causa del NO, en Septiembre, poco antes del Plebiscito del 5 de Octubre de 1988. Lo hizo con mucha valentía, haciendo caso omiso a los riesgos que afectaban su propia seguridad personal, y también políticamente no tuvo dudas, era una posibilidad única de derrotar en forma pacífica a la dictadura, con las limitaciones que ello tendría, pero abriendo un cauce que día a día sería más ancho y poderoso para la restauración democrática.
En la transición democrática estuvo siempre alerta para denunciar las presiones y tentativas de impunidad en materia de Derechos Humanos, respaldando los esfuerzos de reorganización del Partido Socialista y de las fuerzas populares, como también bregando por las reformas constitucionales que pusieran término a los enclaves autoritarios y permitieran alcanzar el anhelo, aún no conseguido, de contar con una nueva Constitución para Chile, nacida en democracia.
En suma, fue un ejemplo de compromiso con la causa democrática chilena, un símbolo de dignidad frente a la opresión y de entereza ante la adversidad. Una mujer de valor y de principios con la que Chile tiene una deuda incalculable. Gracias compañera Tencha.