Boric: “Quiero invitar al Partido Republicano a no cometer el mismo error que cometimos nosotros”
ChileEl presidente chileno ofrece un discurso con aires de ‘mea culpa’ tras el triunfo de la formación de extrema derecha en la elección de constituyentes
El presidente chileno, Gabriel Boric, se dirigió el domingo por la noche a la ciudadanía para reconocer el contundente triunfo del Partido Republicano, de la extrema derecha, en las elecciones de los 51 consejeros que redactarán la nueva propuesta constitucional. El mandatario, que ha hablado “del innegable crecimiento del Partido Republicano”, le ha dado un consejo con sabor a mea culpa a la formación liderada por José Antonio Kast: “El proceso anterior fracasó, entre otras cosas, porque no supimos escucharnos entre quienes pensábamos distintos”, sostuvo en alusión al 62% que en septiembre rechazó el texto que buscaba enterrar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. “Quiero invitar al Partido Republicano a no cometer el mismo error que cometimos nosotros”, ha añadido desde el palacio de La Moneda.
Es un reconocimiento de Boric sobre las razones del fracaso del proceso anterior, donde una convención marcada por la izquierda y los independientes escribieron una propuesta partisana que fue rechazada ampliamente. “Cuando el péndulo de la historia en tiempos cortos se mueve de un extremo a otro, siempre son las poblaciones más vulnerables las que sufren el enfrentamiento entre las élites”, advirtió el mandatario sobre el giro en 180 grados que ha experimentado el voto ciudadano en las elecciones de los últimos tres años en Chile. El Partido Republicano, que nunca se ha mostrado a favor de cambiar la Ley Fundamental, obtuvo el domingo un 35% de los votos y se convirtió en la principal fuerza política del país sudamericano. En octubre de 2020, un 78% de la ciudadanía votó por enterrar la Constitución (en un referéndum en el que votó el 50% del electorado).
Boric ha asegurado que este domingo se ha cumplido una nueva etapa del proceso constituyente iniciado el 2019, el año del estallido social, “en momentos difíciles”, dijo, “para nuestra patria”. Los presidentes de los partidos políticos canalizaron el descontento de la ciudadanía en el llamado Acuerdo por la Paz de noviembre de 2019, que fijaba una ruta constituyente. Las demandas de las protestas, advirtió el domingo por la noche Boric, siguen presentes.
El presidente chileno, que lleva 15 meses en el cargo, remarcó que es un compromiso de la clase política responder a esa ciudadanía que salió a protestar a la calle y terminar con los abusos, garantizar pensiones dignas, distribuir las riquezas de manera más justa y descentralizar las decisiones, entre otras. ”Volvemos a tener una oportunidad de construir con diálogo y encuentro una nueva Carta Magna que represente de la mejor manera los anhelos y tipo de país que como chileno queremos vivir”, manifestó el presidente de izquierdas de 37 años.
Desde que Boric llegó a La Moneda, su formación, el Frente Amplio, no ha conocido de triunfos en las urnas. El fracaso del primer intento constitucional golpeó duramente a su Gobierno. En medio de un proceso de cambios de las prioridades, dándole mayor sentido de urgencia al tema de la seguridad —la principal preocupación de los chilenos—, la Administración de izquierda hoy debe plantar cara a la extensión de la extrema derecha y el debilitamiento de los partidos del oficialismo (la lista del Gobierno obtuvo un 28% de los votos).
La unión de las fuerzas oficialistas ni siquiera consiguió los escaños suficientes para vetar las propuestas del consejo constituyente. Si los partidos de derecha trabajan juntos, no necesitan siquiera sentarse a negociar. “Este proceso no puede ser de vendettas, sino de poner por delante a Chile y a su gente antes que los intereses partidistas o personales”, sostuvo el mandatario, que pidió a los partidos de la derecha tradicional “construir grandes acuerdos”. A los suyos, les reclamó unidad. Las dos coaliciones que sostienen el Gobierno (el Partido Comunista y el Frente Amplio, por un lado, y el moderado Socialismo Democrático, por otro) han protagonizado una seguidilla de desacuerdos en el Congreso, lo que ha supuesto una complicación extra para que el mandatario saque adelante su agenda legislativa en un Parlamento donde no tiene mayoría. “Si somos capaces de bajar las barreras y superar las desconfianzas y la polarización, no me cabe ninguna duda que vamos a ser capaces de lograrlo”, espetó el presidente.
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