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Argentina está de nuevo paralizada. Los sindicatos han convocado a una huelga general de 24 horas, con la que echarán un nuevo pulso al presidente Mauricio Macri por su política económica. Será la tercera que enfrenta durante su mandato. En esta ocasión, rechazan el acuerdo al que ha llegado el Gobierno argentino con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para un rescate por 50.000 millones de dólares que permita al país enfrentar la crisis cambiaria desatada en abril y que obliga a Argentina a aplicar un duro ajuste fiscal.

Los organizadores calculan que al menos un millón de trabajadores se sumarán a la huelga este lunes que dejará el país sin servicio de trenes, metro, autobuses, ni vuelos. Aunque la convocatoria de la Confederación General de Trabajadores (CGT) se limita a un paro de actividades, sin manifestaciones, sectores más radicales anunciaron que cortarán los accesos a la ciudad de Buenos Aires con movilizaciones.

Con un malestar creciente por la situación económica, que empujó al Gobierno a hacer un acuerdo con el FMI, esta será la ocasión de medir la capacidad de resistencia sindical. Los sindicatos protestan además por el aumento de tarifas y piden que se detengan los despidos de la administración pública. Como propuesta concreta, los sindicatos plantean que se reabra la negociación de ajustes salariales de este año, para que se alineen a la proyección de inflación, calculada ahora por el Banco Central en 27%, ya que las negociaciones desarrolladas a principio de año hicieron un cálculo del 15%.

Desde la media noche, el carril de autobús de las grandes ciudades permanecen desiertos y apenas circulan taxis por las calles, informa EFE. También es casi inexistente la circulación de camiones y en Buenos Aires tampoco funciona el tren de mercancías que comunica ambos sectores del puerto. La huelga también afectará a las entidades bancarias, las oficinas, hospitales (excepto urgencias) y centros educativos de carácter público, así como a los servicios de recogida de basuras y la estaciones de servicio.

Al paro decretado por la peronista CGT se sumaron la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y la CTA-Autónoma, una de las divisiones de la CTA, también se adhirieron al llamado de la CGT. Algunos grupos de izquierda han convocado a los trabajadores a una concentración a las 11 de la mañana en el Obelisco, situado en la avenida 9 de Julio de Buenos Aires.

El País