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«Tengo la impresión de que frente a las situaciones de violencia e inseguridad en muchas partes se piensa que la solución es la mano dura, como hacer que los militares se encarguen de la delincuencia, pero no estoy de acuerdo», dijo al comentar las posiciones expresadas por el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro.

El mandatario electo, quien asumirá el poder el 1 de enero, ha dicho que está decidido a cumplir con una de sus promesas de campaña, que fue flexibilizar el porte de armas de fuego para los civiles.

Preguntada al respecto en una conferencia de prensa en Ginebra, Bachelet sostuvo que no está de acuerdo con «dar armas sin control porque hemos visto lo que ha sucedido en muchos lugares; gente que usa armas para tiroteos o que mata niños en las escuelas».

«Las armas son muy peligrosas en las manos de gente que no sabe como usarlas de manera adecuada», agregó.

Al preguntársele su opinión sobre la negación que hace Bolsonaro de que el régimen que dirigió Brasil entre 1964 y 1983 hubiese sido una dictadura y sobre sus elogios a la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, Bachelet dijo que nadie puede dudar de que ambas fueron dictaduras y que espera que «América Latina haya aprendido de eso».

«En Brasil hubo una dictadura y hubo víctimas de ella, torturas y comisiones que investigaron esto. En Chile tuvimos dictadura durante 17 años, Pinochet dio un golpe de Estado, mucha gente desapareció, fue asesinada o arrestada», comentó la alta comisionada.

El padre de Bachelet fue un militar que se opuso al golpe de Estado de Pinochet, fue torturado y murió en detención, mientras que ella misma y su madre fueron detenidas y torturadas, pero sobrevivieron.

La responsable de derechos humanos del ONU reconoció que la democracia puede no ser perfecta, pero opinó que sin duda es «la mejor manera en que la gente se puede desarrollar y tener los derechos y oportunidades que se merece».