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Transcripción de la columna de Karina Batthyány

El domingo 27 de octubre uruguayos y uruguayas acudiremos a las urnas (como cada cinco años) para participar de las elecciones presidenciales y parlamentarias, con una eventual segunda vuelta de acuerdo al sistema electoral vigente en Uruguay, que sería el domingo 24 de noviembre. Propongo plantear algunos desafíos de cara al ciclo electoral y también analizar su pasado, presente y futuro.

La carrera electoral comenzó formalmente hace algunas semanas luego de las elecciones internas y ya se han oficializado las fórmulas presidenciales. También se conocen algunos datos, vía encuestas electorales, de las preferencias de uruguayos y uruguayas.

Las encuestas sitúan en torno al 44% al Frente Amplio, partido de coalición de izquierda, alrededor del 26% al Partido Nacional y del 15% al Partido Colorado. También se le está dando entre un 2% y 3% al Partido Cabildo Abierto, un nuevo partido político militar integrado principalmente por exmilitares asociados a ese periodo tan dramático de la historia de Uruguay y el Cono Sur que fue la dictadura cívico-militar.

El panorama plantea una disputa interesante en el proceso electoral. Existen posibilidades de que el Frente Amplio regrese al gobierno como lo estuvo durante 15 años de manera continua.

Las fórmulas electorales están definidas: Yamandú Orsi y Carolina Cosse por el Frente Amplio; Álvaro Delgado y Valeria Ripoll por el Partido Nacional; Andrés Ojeda y Robert Silva por el Partido Colorado; y Guido Manini Ríos y Lorena Quintana por Cabildo Abierto. Todas las fórmulas presidenciales están encabezadas por un varón y casi todas (menos el Partido Colorado) secundadas por una mujer, algo que nos habla de algunos de los patrones que venimos analizando en InfoCLACSO.

Hoy, hay entre un 15% y 20% de indecisos. Veremos cuál es el resultado electoral, con una disputa entre dos modelos: el Frente Amplio propone un énfasis en lo asociado al bienestar social y el papel del Estado en la garantía de ese bienestar para todos y todas, mientras que la coalición republicana propone un modelo más basado en el mercado y los modelos neoliberales, desde el punto de vista de la economía, la política y la sociedad.

¿Cuáles son los desafíos que están en juego en Uruguay hoy? En primer lugar, tenemos el tema de las desigualdades sociales y la pobreza en nuestra región latinoamericana y caribeña. Uruguay tiene un patrón de desigualdad persistente, sin duda comparativamente menor que el de otros países de la región, pero es un desafío y hay una disputa sobre cuáles son las políticas que hay que implementar para reducir esas desigualdades. Por ejemplo, hay desigualdades entre los ámbitos urbanos y rurales o entre los distintos barrios de las ciudades, particularmente de Montevideo, donde esta segregación está muy marcada. Las brechas en la distribución de los recursos entre los más ricos y los más pobres siguen siendo una preocupación significativa, junto a los niveles de pobreza que se ubican en torno al 10% y que se ha convertido en una pobreza estructural.

En segundo lugar, hay desafíos vinculados a la educación. Preocupa particularmente la culminación del ciclo educativo medio (la educación secundaria) por parte de los y las jóvenes: casi 1 de cada 3 jóvenes lo abandona sin terminarlo.

En tercer lugar, hay un desafío vinculado al empleo en dos grandes dimensiones. Primero, observamos un desempleo juvenil con tasas mayores a la de la población en general. El segundo desafío tiene que ver con las cuestiones del cuidado, que afecta directamente a la posibilidad de empleo de los y las jóvenes, especialmente de las mujeres, ya que son quienes asumen las tareas y los trabajos de cuidado de toda la población ante la existencia muy limitada de políticas de cuidado en Uruguay. La cuestión de los cuidados repercute directamente en la relación empleo-desempleo, particularmente en la permanencia de mujeres jóvenes en el mercado laboral.

Hay otros desafíos que también están atravesando otros países de Nuestramérica vinculados a la seguridad, sobre todo a la percepción de la seguridad-inseguridad para la población. Además, la penetración de determinadas formas de criminalidad que no eran las habituales en Uruguay, muy asociadas al narcotráfico, están incidiendo en esa inseguridad como un tema central de discusión en la campaña política electoral.

A su vez, hay que mencionar cuestiones vinculadas a la salud. Uruguay se caracteriza por tener una cobertura casi universal de salud, pero sigue habiendo diferencias muy importantes en la calidad de los servicios de salud a los que se accede en función a los patrones de desigualdad. Preocupa particularmente el tema vinculado a la salud mental, que además no está incorporado en los sistemas de cobertura de salud. Uruguay tiene una de las tasas de suicidio más altas de la región.

Otro tema importante son las desigualdades de género en los tres niveles de la autonomía: la económica, la física y la toma de decisiones. Estas son materias pendientes para el país, que debe avanzar en temas de género, como la representación de las mujeres en lugares de toma de decisión en la sociedad, su incorporación plena y permanente al mercado de trabajo y su autonomía física vinculada a la violencia basada en género, que sigue siendo un flagelo en América Latina.

Tampoco están ausentes los desafíos vinculados a los temas migratorios. Uruguay se ha convertido últimamente en receptor de poblaciones migrantes de otros países de América Latina y es necesario pensar cómo incorporar la migración y la movilidad humana como un derecho efectivo en términos de su integración social, económica y con plenos derechos.

Las dimensiones ambientales y asociadas al cambio climático también se están discutiendo en el marco de la campaña electoral: la crisis del agua potable, cuando no había agua en las canillas y los grifos de nuestros hogares para beber o higienizarse, fue una de las tantas que nos afectaron. En definitiva, tienen que estar en discusión las políticas en torno a estos temas que cada partido propone para abordar estos desafíos del Uruguay de cara al futuro.

Asimismo, estamos muy preocupados por la nueva Ley de Medios aprobada en Uruguay, menos de 3 meses antes de las elecciones. Básicamente se sacan las ideas de monopolio y oligopolio en esta nueva Ley de Medios al igual que la definición del espectro radioeléctrico como un patrimonio común de la humanidad.

La normativa aumenta el máximo permitido de licencias de radio y de televisión por titular, se desfinancia un fondo de promoción audiovisual que permitía la existencia de una diversidad de medios y de producciones en nuestro país. También se limita la capacidad de la empresa estatal Antel (Administración Nacional de Telecomunicaciones), para beneficiar a empresas privadas que se concentran en muy pocas manos en la mayoría de los medios del país.

Finalmente, quiero comentar que en estos días se cumplieron los 175 años de la Universidad de la República (Udelar), donde yo me formé y participo activamente de la vida universitaria, como docente, desde el año 1991. Hoy, la libertad académica en nuestro país y en la región está siendo asediada en paralelo al avance de los modelos neoliberales que toman a la educación como una mercancía y no como un derecho.

Por otro lado, recomiendo personalmente el último libro de Magdalena Broquetas, Ganar la Guerra. Es una investigación muy documentada que aborda la incidencia del pensamiento y la acción de las derechas en el campo cultural, educativo, religioso, sindical y político, que contribuyeron a formar la matriz política y social de las derechas desde 1967 a 1973.

El tema del pasado que nos trae Magdalena Broquetas, me permite hacer una referencia sobre una noticia que nos volvió a sacudir profundamente a todos y a todas: A mediados de julio se hallaron nuevos restos en el predio de Infantería Nro. 14, en Toledo, a unos 25 kilómetros de Montevideo y estamos a la espera de saber quiénes son y cuáles fueron las circunstancias. El hallazgo ha sido posible gracias al trabajo de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, la Fiscalía Especializada y el Equipo de Antropólogos en Uruguay.

El 14 de agosto se conmemora el Día de las y los Mártires Estudiantiles en Uruguay en recuerdo del asesinato de Líber Arce, estudiante de la Facultad de Odontología, que recibió un disparo de la policía en una movilización que reclamaba por el boleto estudiantil de 1968 en Uruguay. Como cada año, los gremios estudiantiles y la Federación de Estudiantes (FEUU), llevarán a cabo distintos actos y reconocimiento a nombre de estos estudiantes que enfrentaron, en su momento, todas las políticas represivas y el terrorismo de Estado. Recordemos también lo que fue el papel de los estudiantes junto a obreros y obreras en la resistencia hacia el gobierno dictatorial en el Uruguay.

– ¿Consideras que se está dando una discusión genuina con respecto a las temáticas mencionadas en el marco de la campaña electoral o solo queda en cuestiones más coyunturales o de impacto mediático?

– Yo creo que los temas están siendo parte de la discusión y marcan la agenda de esa discusión electoral que ha comenzado recién con la proclamación de las fórmulas presidenciales de 2024. Por tanto, deseo por el bien y la profundización de la democracia en el Uruguay que efectivamente estos temas estén en la agenda, no sólo en términos de desafío sino en términos de discusión de propuestas concretas. Desde CLACSO hemos impulsado estas discusiones en el marco de nuestras Plataformas para el Diálogo Social (PDS), sobre todo en la temática de las desigualdades sociales, que estuvieron en discusión con la academia, la política pública, los movimientos y las organizaciones sociales.

CLACSO