Crisis del Partido Socialista: en documento interno piden «compromiso autocrítico» y «cabeza abierta»
UruguayComo antesala al Comité Nacional que profundizará en la situación del Partido, la comisión encargada de la reflexión interna sugiere «compromiso autocrítico de los dirigentes de todas las corrientes y erradicar los comportamientos antiéticos»
El Partido Socialista está en la antesala de un Comité Nacional que apuntará, en el último fin de semana de mayo, a poner el dedo en la llaga y discutir cómo sortear la crisis interna del sector. «La vida de nuestro Partido está atravesada desde siempre por fuertes tensiones internas», reconocen los conducidos por Gonzalo Civila en un documento interno «disparador» al que accedió El Observador, en el que la colectividad más añeja de la izquierda llama a un «análisis autocrítico».
«Todas y todos los socialistas coincidimos en la importancia de la pluralidad y el debate libre de ideas dentro del Partido, pero tenemos también diferencias legítimas sobre cómo enmarcar y gestionar esa diversidad, además reconocemos problemas profundos en nuestra organización vinculados a aspectos éticos, ideológicos, políticos, organizativos, normativos y de relacionamiento», dice el texto.
El partido fundado por Emilio Frugoni hace más de cien años formula en la antesala al debate una serie de preguntas disparadoras que buscará problematizar para erradicar sus fisuras internas.
–¿Qué define la condición de miembro del Partido? ¿Puede haber diferentes grados o categorías (militante, afiliado, adherente, simpatizante)? –se preguntan.
–¿Aspiramos a ser un partido homogéneo ideológicamente o un partido de corrientes y tendencias?
–¿Qué papel ha jugado la dilución de la identidad socialista en nuestras sucesivas crisis?
–¿Cómo se articula el centralismo democrático con la descentralización? ¿Y con la existencia de corrientes internas?
–¿Cómo abordamos los problemas de falta de fraternidad, incumplimiento de compromisos financieros, filtraciones y desconocimiento de los procesos y resoluciones colectivas?
–¿Qué estamos dispuestos a hacer y dar para que la mirada socialista vuelva a ocupar un papel importante dentro de los movimientos sociales?
Estos y otros cuestionamientos atravesarán un debate interno fogoneado por las sucesivas renuncias de dirigentes, entre las que se cuentan al exintendente Daniel Martínez, el extitular del Sistema de Cuidados, Julio Bango, el exintendente Julio Pintos, el exministro Enzo Benech, el docente Adémar Cordones y otras dimisiones que ascienden a 400 en el último período y que ha llevado a la minoría a hablar de una «sangría».
«Somos conscientes que ambos debates desatarán diversas miradas y diferencias relevantes, pero la invitación que realizamos es a encarar esta discusión con cabeza abierta», anticipa la estructura.
La «dilución» del socialismo
Una parte del documento base incluye el informe de la Comisión de Situación Interna, creada en febrero de 2021 para realizar «una lectura crítica del proceso interno partidario”. El grupo está integrado por Ema Fernández, María José Rodríguez, Liliana Queijo, Sergio Pereyra, Eduardo Aparicio, Pablo Martínez y Manuel Laguarda, y en noviembre se sumaron Carla de Mello, Libia Leites, Juan Pablo Pío y Nicolás Lasa.
El análisis desglosa respectivos informes de Manuel Laguarda y Eduardo Aparicio, quienes coinciden al diagnosticar «el desdibujamiento o embrutecimiento ideológico y sus consecuencias sobre la dilución de la identidad partidaria» y «la política centrada en el pragmatismo electoral pasa a ocupar un lugar central, volviéndose factor de alta incidencia en las rutinas tácticas del día a día».
Ambos dirigentes coinciden en que «el Partido ha perdido capacidades como un instrumento idóneo al servicio de las luchas», –cuando décadas atrás proclamó su vocación de erigirse en la «organización política de los trabajadores»–, y siendo «relevante» el «decaimiento de la implantación del PS en el movimiento social en general».
«En la interna partidaria la lucha por el poder en una lógica amigo-enemigo cayendo a veces en el extremo del realismo o maquiavelismo político», coinciden ambos informes, que tampoco dudan en reconocer una «dilución del socialismo en el frentismo»: «Un rol meramente articulador –sin duda fundamental e imprescindible– sin la expresión de nuestras propias posiciones, (…) tuvo como una de sus traducciones la pérdida de respaldo electoral: si los electores no conocían nuestras posiciones o la propia identidad ideológica y diferencial del PS no nos iban a votar».
Los redactores distinguen que si bien las corrientes partidarias –que podrían simplificarse entre «ortodoxos» (hoy amplia mayoría) y «renovadores»– pueden «vivificar» a la estructura, también «pueden transformar a los organismos en un espacio donde no nos escuchamos y sólo medimos correlaciones de fuerza».
La Comisión de Situación Interna apuntó que «es necesario un compromiso autocrítico de los dirigentes de todas las corrientes y que además transversalice a todo el PS a nivel de su militancia, para trabajar en la dirección de la erradicación de los comportamientos antiéticos», y consideró «fundamental» que los materiales elaborados «puedan ser leídos y conocidos por la estructura partidaria».
Sobre la mesa estarán las propuestas de constituir un «observatorio permanente de seguimiento y actualización de los temas ideológicos», el «estudio de la posibilidad de reformas estatutarias» para superar «dificultades del PS» y una campaña de nuevas afiliaciones.
EL OBSERVADOR