Chile avanza hacia las 40 horas semanales de trabajo
ChileEl proyecto que busca que los chilenos trabajen 40 horas a la semana, y no 45 como en la actualidad, está a punto de convertirse en ley. El Senado ha aprobado por unanimidad la iniciativa, en uno de los pocos casos en que la clase política de Chile se ha puesto detrás de una cruzada legislativa, sin importar las diferencias entre el oficialismo y la oposición. A la espera de su tercer y último trámite en la Cámara de Diputados, el Gobierno de Gabriel Boric espera promulgar la ley con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, el 1º de mayo.
Con esta ley Chile se sumaría Ecuador como los dos únicos países de América Latina en lograr las 40 horas semanales de trabajo. En Argentina, Bolivia, Costa Rica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Colombia rigen las 48 horas semanales de trabajo, aunque Colombia está en senda de reducción a 42 horas para 2026. El Gobierno de Gustavo Petro acaba de presentar una reforma laboral que incluye hacer esa reducción de forma inmediata. En Brasil, El Salvador, Guatemala y Venezuela tienen una jornada entre 42 y 45 horas de trabajo semanal, según datos actualizados de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), América Latina es una de las zonas del mundo donde más horas se trabaja al año y tiene una de las tasas de informalidad laboral más altas, informa la agencia de noticias AFP.
Han sido cinco años de debate en el Congreso para hacer realidad las 40 horas semanales de trabajo. El proyecto fue una iniciativa de la actual vocera de La Moneda, Camila Vallejo, en su calidad de diputada, pero se reactivó en la actual Administración, que arrancó en marzo de 2022. Aunque en estos años sufrió decenas de modificaciones, sobre todo en lo relativo a la gradualidad, el corazón de la ley sigue siendo el mismo: la reducción de la cantidad de horas que se trabaja en Chile, donde los trabajadores tienen 15 días laborables de vacaciones al año, es decir, tres semanas.
Para el Gobierno de Boric, se trata de una de sus iniciativas de mayor simbolismo. La ministra de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, militante comunista como Vallejo, aseguraba en noviembre en una entrevista con EL PAÍS: «Se dan muchas discusiones teóricas, pero si uno ve que las personas se trasladan más de una hora y media en micro [autobús] para llegar a sus trabajos y esta ley les permitiría irse sentadas, tiene otra perspectiva de las cosas. Si una mujer antes de salir a trabajar puede dejar a los hijos despiertos y no dormidos, lo mismo. Cuando se formulan políticas públicas hay que tener siempre en cuenta cómo esto impacta en la vida real».
La ministra Jara ha sido una de las principales impulsoras del proyecto de las 40 horas desde el Ejecutivo y en diferentes ámbitos políticos y sociales se le reconoce la habilidad para llegar a acuerdos con sectores como los mismos empresarios, a los que ha convencido de que esta iniciativa mejora la calidad de vida de la gente y la productividad. En junio del año pasado, en paralelo a la discusión legislativa, el ministerio de Trabajo lanzó el sello 40 horas, una certificación que busca reconocer a las empresas que han avanzado hacia una jornada menor a las 45 horas semanales. Al 15 de marzo, 503 empresas -sobre todo pequeñas y medianas- habían conseguido el certificado.
«Muchas veces se dijo que esto era imposible, pero muchas empresas nos han demostrado que, incluso sin ley, pudieron adelantarse a la reducción de la jornada laboral», aseguró la ministra Jara el martes desde el Congreso, donde el proyecto fue apoyado en forma unánime por los senadores.
La aplicación será gradual para proteger la economía, los trabajos y los salarios. La rebaja será de 45 a 44 horas el primer año de vigencia de la ley, a 42 horas el tercer año y a 40 el quinto año, con un especial acompañamiento a las pequeñas y medianas compañías. La propuesta que está a un paso de convertirse en ley de la República contempla la posibilidad de jornadas laborales de cuatro días a la semana -conocida en Chile como 4×3-, con tres días de descanso.
«El proyecto de ley contempla un plazo máximo para la reducción de la jornada laboral para aquellos empleadores que lo requieran», precisó la ministra Jara. «Es decir, cualquier empleador que quiera anticiparse a la reducción de la jornada a 40 horas o de jornada 4×3, puede hacerlo perfectamente. De hecho, el sello 40 horas lo hemos entregado a empresas que han reducido jornada sin tener ley», afirmó la ministra de Boric.
Jara ha especificado, además, los beneficios para las mujeres de este cambio al Código del Trabajo. «Incluye medidas de corresponsabilidad, que apuntan a conciliar la vida laboral, personal y familiar, con lo que se espera, en particular para las mujeres, ampliar las posibilidades de empleo y con mayor estabilidad», dijo la secretaria de Estado, que tiene una misión fundamental y difícil en el horizonte, como sacar adelante la reforma de las pensiones, junto al ministro de Hacienda, Mario Marcel.
EL PAÍS