Los cinco mensajes de la reforma tributaria de Petro
ColombiaEn su primera acción legislativa, el nuevo gobierno de Colombia resalta su apuesta por el medio ambiente y manda un mensaje de tranquilidad a los mercados
La reforma fiscal que presentó este lunes el Ministro de Hacienda del Gobierno de Gustavo Petro, José Antonio Ocampo, es el primer acto concreto del nuevo presidente de Colombia. Sus 69 artículos no cambian la estructura del sistema tributario, pero sí muestran los énfasis de la política económica que tendrá el primer gobierno elegido por la izquierda y dan claves para interpretar las palabras de Petro en su discurso inaugural de este domingo: “Los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos”.
Estas son las cinco claves:
1. El respeto a la ortodoxia fiscal
Si uno de los temores frente a un gobierno encabezado por Gustavo Petro es un desmadre fiscal, el mensaje de la reforma es que no tiene fundamento. Solo presentar un proyecto de subir impuestos o quitar alivios tributarios, y para aumentar el recaudo total, es una primera señal en ese sentido.
En este caso, además, el documento presentado al Congreso es explícito en este objetivo: una de sus cinco secciones “exalta la estabilidad fiscal como un pilar inequívoco para lograr la provisión sostenida de bienes públicos”, como se lee en su introducción.
María del Pilar López-Uribe, profesora asociada en la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, resalta que el ministro Ocampo dijo el lunes que el Gobierno está comprometido a cumplir la regla fiscal, es decir, a no gastar más de lo que le permite la ley. “Esta es una buena señal para las calificadoras de riesgo, pero está el otro lado de la moneda que es el lado del gasto, del cual no sabemos mucho todavía. Y eso es igual de importante para las calificadoras de riesgo”.
2. El énfasis en la igualdad
El discurso de posesión de Petro, las palabras de Ocampo al radicar el proyecto y el documento que lo presenta oficialmente como “Reforma Tributaria para la Igualdad y la Justicia Social”, la exposición de motivos, coinciden en que se trata de una reforma que busca reducir la desigualdad tanto porque financiará gasto social, como porque se concentra en las personas de mayores ingresos. “Este proyecto de reforma tributaria tiene como objeto avanzar fundamentalmente en dos dimensiones. Primero, en disminuir las exenciones inequitativas de las que gozan las personas naturales de más altos ingresos”, dice la exposición de motivos.
Sin embargo, el grueso del dinero recaudado vendrá de empresas: en los cálculos que presenta la propia exposición de motivos, los impuestos a las personas más ricas suman el 0,56% del PIB en 2023, mientras los diferentes ajustes a las empresas generales suman 1,01%.
Eso no significa que no haya énfasis en las personas de mayores ingresos: aumenta los impuestos a todos quienes reciben al mes más de 10 millones de pesos, poco más de 2 mil dólares. Lo hace por ejemplo poniendo a pagar renta a las pensiones desde ese valor, aumentando las tarifas de ese mismo impuesto a otros ingresos desde ese monto, y bajando los techos de los valores que se pueden restar al calcular el impuesto, como ahorros para vivienda. Además, busca hacer permanente el impuesto al patrimonio, que hoy es temporal y solo aplicaría a quienes tienen un patrimonio por 3 mil millones de pesos (unos 700 mil dólares) o más.
3. Las apuestas por el ambiente, la salud y la igualdad de género
La reforma refleja varios de los ejes del discurso de Petro y de la nueva ola de izquierda latinoamericana, que se suman a la lucha contra la desigualdad que es el mascarón de proa del proyecto.
Uno de esos ejes es el ambiente, un asunto que ha estado entre las prioridades de Petro desde hace un cuarto de siglo, y que fue uno de los diez puntos del decálogo de gobierno que presentó en su discurso inaugural: “Protegeré nuestro suelo y subsuelo, nuestros mares y ríos. Nuestro aire y cielo”. El proyecto de reforma tributaria lo refleja al crear un impuesto a los plásticos de uso único y al aumentar el ya existente impuesto al carbono.
Otro de los puntos es la salud, como parte de una preocupación más amplia por la función del Estado en el bienestar de los demás. Esa mirada está en la propuesta de reforma a la salud de su ministra, Carolina Corcho, que busca aumentar la función estatal en la protección de la salud y Petro aludió a ella en otro punto de su decálogo: “Somos una sociedad solidaria, que se preocupa y ocupa del prójimo. Que su Gobierno también lo sea”, dijo. Al respecto, la reforma crea impuestos específicos para la venta de bebidas azucaradas y de alimentos ultraprocesados, que buscan más proteger la salud que lograr recaudo. “Esto no es para generar plata, el recaudo ideal de estos impuestos es cero” dijo Ocampo este lunes, al explicar el proyoroecto.
El tercer punto, el más ajeno a una reforma impositiva, es el de la igualdad de género, después de que Petro prometió, en su decálogo, gobernar “con y para las mujeres de Colombia”. El penúltimo artículo de la reforma tiene justamente esa mirada. Le ordena a la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), la administración tributaria, definir qué información se debe incluir en las declaraciones fiscales para hacer estudios y “proponer disminuciones de inequidades estructurales”
4. La mirada particular a algunos sectores económicos
Si bien la reforma en general no se enfoca en aumentar impuestos a las empresas, revela una mirada diferenciada a distintos sectores, algo propio de un Gobierno que defiende una política económica que busque impulsar unos sectores y descansar los ingresos del Estado en otros.
De un lado, por los impuestos saludables o ambientales, la industria de plásticos o los productores de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados tendrán una carga adicional. Por otro, sectores beneficiados por exenciones como el hotelero o la llamada “economía naranja” perderían ese sitial privilegiado. Y, por último, el sector financiero tendría una carga adicional: pagaría un 3% más en impuesto de renta que cualquier otro, algo que creó el Gobierno Duque como un apoyo temporal por la crisis económica, y que la reforma de Petro propone mantener de forma definitiva.
5. Del sector extractivo sí sirve el dinero
A lo largo de su campaña presidencial, Petro hizo gran énfasis en la necesidad de modificar la estructura económica para dejar de depender de la extracción de productos básicos, y especialmente de los hidrocarburos y el carbón. Eso se refleja en la reforma, por ejemplo al prohibir que se reste en el impuesto de renta el pago de las regalías, el dinero que se hace al Estado por extraer bienes del subsuelo, que es estatal. Eso aumenta el impuesto que paga ese sector, y a eso se suma un impuesto nuevo del 10% de las exportaciones de petróleo crudo, oro y carbón cuando el valor de esos productos pase cierto umbral, que hoy sobrepasan de lejos. Por ejemplo, el umbral del crudo es de 48 dólares en el índice WTI, que hoy está en alrededor de 90 dólares.
El reto de esa lógica es que la reforma haría que los ingresos del Estado dependan más del sector que Petro busca reducir en tamaño e importancia, lo que aumentaría el tamaño del reto económico de la transición energética que ha planteado como una de sus banderas.
EL PAÍS