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El economista y profesor universitario, Rodrigo Cabezas, aseguró este lunes que el desequilibrio que existe en la economía venezolana sigue sin ser resuelto, porque “hay un profundo desprecio por la situación económica”.

Cabezas precisó en Unión Radio que si bien la economía mundial seguirá afectada por la pandemia del coronavirus, en Venezuela continuará con las fallas de electricidad, agua, transporte, telecomunicaciones, entre otros. “Hay una crisis en la infraestructura vial, hay un caótico suministro de combustible porque las colas continúan”, dijo.

El exministro de Finanzas de Chávez agregó que a la crisis económica venezolana se le suma el “precario acceso al crédito bancario”, pese a los últimos anuncios hechos por Nicolás Maduro sobre reducir el encaje legal a 73%.

A su juicio, la ausencia de crédito internacional también incidirá en el desequilibrio económico venezolano, “sobre todo desde una perspectiva estrictamente social y humanística porque se ha instalado unos niveles de desigualdad muy importante de consumo y de desnutrición en la sociedad. El 67% no tiene cómo acceder a bienes alimenticios o se les dificulta y eso es tremendo para la economía”, afirmó.

¿En qué se traduce la brecha que separa a Venezuela de los países desarrollados?

Para Cabezas la brecha es “insalvable”, sobre todo en las áreas tecnológicas y científicas. Lo considera “descomunal” porque el aislamiento de Venezuela en el sistema financiero internacional “es impresentable” y que el impacto que tiene en la vida de los venezolanos es que seguirá la precariedad fiscal.

“La ley de presupuesto que aprobaron en diciembre va a marcar la vida este año a los pequeños, medianos y grandes empresarios, a los profesionales y a los asalariados. La inflación puede llegar a 400% y nadie puede cantar victoria con ese nivel inflacionario, que nada tiene que ver con América Latina. Sería la inflación más gigantesca que hayamos tenido y no se va a resolver en el corto plazo”, afirmó.

Incertidumbre internacional

Cabezas señaló que actualmente los economistas tienen una preocupación global sobre lo que sucede en la economía China porque en enero de este año se ha ralentizado su actividad económica, sobre todo en la industria manufacturera y que su indicador de crecimiento es “dramático” porque se le suma la pandemia por el coronavirus y las posibilidades de que “se reproduzca la pandemia en este 2022 con todas sus variantes. Más que preocupaciones de los inversionistas, es incertidumbre”, dijo.

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