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El senador Gustavo Petro fue uno de los ausentes en la marcha del 28 de abril, que él mismo impulsó a través de sus redes sociales. De igual manera, durante la jornada decidió no enviar mensajes a través de Twitter, como habitualmente lo hace. Un día después de estas concentraciones sí está muy activo. ¿Qué sucedió?

En diálogo con SEMANA, el senador Gustavo Bolívar lo explicó. “Petro estaba muy enfermo, tenía una fuerte gripa y por eso no asistió, aunque desde ya confirmó que estará para la del próximo sábado primero de mayo”, aseguró.

También dijo que el senador Gustavo Petro, candidato presidencial, decidió no trinar “porque no quería que ocurriera lo del 9 de septiembre”. Durante esa jornada de disturbios que duró dos días, el congresista Petro estuvo bastante activo en redes sociales y por eso prefirió, de acuerdo con lo que explicó Bolívar, “desmarcarse de lo que pasara en cuanto a la violencia porque nuestro llamado ha sido siempre a la no violencia”.

Frente a lo criticado por algunos sectores del silencio de Petro, como lo hizo el exalcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, al asegurar que el congresista de la Colombia Humana “incentiva” la violencia y luego guarda silencio para rechazarla, el senador de los Decentes aseveró : “Si hace, incentiva la violencia; y si no hace, también, entonces eso es absurdo”. El senador Gustavo Bolívar ofreció las declaraciones en el marco de las aclaraciones que dio por la polémica con un video suyo en el que lo señalaron de estar fingiendo que marchó.

Este 29 de abril, el congresista Gustavo Petro sí ha publicado varios mensajes en su cuenta en Twitter. En ellos cuestiona el rol del Gobierno frente a la reforma tributaria, una de las causas de la movilización nacional.

Nadie en la prensa del establecimiento diría una frase como esta. Pero hay que decirlo. Es una verdad histórica y contundente. https://t.co/Mevee1riXg— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 29, 2021

Decenas de miles de personas protestaron este miércoles en Colombia contra un proyecto de reforma tributaria promovido por el gobierno de Iván Duque, cuando la cuarta economía de América Latina registra las cifras más altas de muertos por covid-19 en poco más de un año de pandemia. “No aceptamos la reforma tributaria, estamos pensando en nuestros hijos, en nosotros mismos (…), nos morimos por el virus o nos morimos de hambre”, dijo en Bogotá Víctor Córdoba, un zapatero de 33 años de edad vestido de una camiseta con los colores de la bandera colombiana.

Centrales obreras, profesores, organizaciones civiles, indígenas y otros sectores rechazan el proyecto en curso en el Congreso por considerar que castiga a la clase media y es inoportuno en plena crisis desatada por la pandemia.

En Bogotá, los manifestantes se congregaron en la central Plaza de Bolívar. Al ritmo de tambores y cantos, protestaron en su mayoría pacíficamente, aunque hubo algunos bloqueos en vías y choques con la fuerza pública. Caravanas de taxis, camiones y motos ralentizaron el tráfico. Medellín, Cali, Barranquilla y otras ciudades sumaron su oposición al proyecto con multitudinarias participaciones.

En su programa de televisión cotidiano, Duque se comprometió a buscar “consensos y soluciones” para aprobar la reforma a 16 meses de terminar su mandato. No obstante, el presidente se quejó de “la violencia” en las marchas y de su convocatoria “en medio de un tercer pico de la pandemia”.

Colombia registró este miércoles otro récord de muertes diarias por coronavirus (490) y su sistema hospitalario está bajo máxima presión, con solo 17 % de las unidades de cuidados intensivos disponible. La nueva jornada de protestas fue convocada por el llamado Comité Nacional de Paro, que desde 2019 ha organizado numerosas movilizaciones para exigir un cambio de rumbo al gobierno.

La gente se volcó a las calles desatendiendo el fallo de un tribunal administrativo que ordenó aplazar las protestas y las recomendaciones de la Defensoría del Pueblo sobre los riesgos de contagio. En su peor desempeño en medio siglo, el producto interno bruto (PIB) del país se hundió 6,8 % en 2020. El desempleo alcanzó el 18,1 % en febrero y la informalidad afecta a casi la mitad de los 50 millones de colombianos. “Estamos cansados de todo el abuso que hay sobre la población (…) Estamos cansados de que nuestro presidente no haga nada al respecto. Nos da más miedo el gobierno que el virus”, lamentó Felipe Zapata, de 24 años de edad, en Bogotá.

Según el Ministerio de Defensa, que desplegó 47.500 uniformados en el país, la jornada dejó 26 capturados y 44 policías heridos, así como vehículos de transporte público, sucursales bancarias y supermercados “vandalizados”. Los disturbios se concentraron en Cali, donde el alcalde adelantó cinco horas el toque de queda previsto a las 20h00 por la pandemia y el Ejército desplegó soldados. Indígenas misak derribaron en esa ciudad una estatua de Sebastián de Belalcázar, conquistador español del siglo XVI.

En las principales ciudades la protesta continuó en la noche con el golpeteo de cacerolas desde las ventanas de distintos hogares y los líderes de la movilización llamaron a marchar nuevamente el jueves. Felipe Ospina, cineasta de 23 años, aseguró que seguirá protestando “hasta que desmonten esa reforma tributaria”.

Aunque la reforma tributaria fue presentada como una herramienta para mitigar la crisis que provocó la pandemia, la iniciativa enfrenta obstáculos en un Legislativo sin mayorías claras. Incluso el partido del gobierno, el Centro Democrático, hizo reparos al proyecto. El Gobierno pretende recaudar el equivalente a unos 6.300 millones de dólares entre 2022 y 2031 con la reforma. Algunas de las propuestas que causan mayor descontento consisten en gravar servicios básicos en zonas de clase media-alta, funerales, gasolina y crear un impuesto sobre la renta para personas que ganen cerca de 2 millones de pesos.

Colombia es el tercer país de Latinoamérica con más contagios por covid-19 (2,8 millones), detrás de Brasil y Argentina. En cuanto a fallecidos (72.700), solo es superado en la región por el gigante sudamericano y México. En proporción a su población, es el quinto más afectado del continente en ambos aspectos.

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