COMUNICADO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
NoticiasLos tiempos que atraviesa la humanidad son tiempos de cambios, crisis, inestabilidad y, sobre todo, miedo. Estamos transitando hacia un gran cambio estructural que, en el caso de Latinoamérica, genera pánico. Las fuerzas anacrónicas que hoy se encuentren gobernando, están cometiendo actos desesperados para tratar de evitar las reformas que nuestra sociedad demanda. Éstas fuerzas no comprenden la necesidad de transformación que nuestras sociedades precisan, fragilizándola en consecuencia.
El peligro de una invasión militar tendría como consecuencia iniciar una guerra en Venezuela y embarcaría a toda la región en una guerra absurda.
La población colombiana, que padeció más de medio siglo de conflicto armado, se niega a abrir un nuevo frente contra un país vecino y se opone a las amenazas de una confrontación armada. Políticos, intelectuales y activistas sociales han alzado la voz y objetan igualmente la posibilidad de una guerra. Si bien es cierto que el Grupo de Lima respalda a Guaidó, los latinoamericanos no somos de corte intervencionista y la mayoría no admitiría una guerra que finalmente responde a los intereses de Estados Unidos.
Los tambores de guerra son el resultado de la incapacidad política para comprender los acontecimientos que están sucediendo. Un mundo multipolar en donde la diversidad reine y en donde el colonialismo haya sido superado como práctica política está emergiendo. Este nuevo mundo del derecho internacional y la soberanía de las naciones, es el mundo que debemos proteger. A los discursos de guerra de la dirigencia de los pueblos inmersos en el miedo, debemos responder con los discursos de paz y diálogo. Los pueblos son superiores a sus dirigentes y, por tanto, son ellos quienes tienen el papel histórico de construir una nueva sociedad. En este sentido, es el continente latinoamericano, el cual ha sufrido guerras intestinas a lo largo de muchas generaciones, quien debe elevar su voz contra la guerra regional y continental.
Estamos contra la Guerra, en ello seremos inflexibles. Estamos contra la invasión. No se trata de defender el gobierno del señor Maduro, se trata de defender la libre autodeterminación de un pueblo. Enarbolamos la bandera de la paz y para ello proponemos una marcha contra la guerra en América.
Consideramos que la única vía para abordar la compleja situación que prevalece en Venezuela es el diálogo, desde una perspectiva de respeto al derecho internacional y los derechos humanos. Debemos privilegiar la diplomacia que permita restablecer la tranquilidad del pueblo venezolano. Solo así se podrán reducir las tensiones entre las fuerzas políticas y evitar el uso de la fuerza.
En ese sentido, saludamos el Mecanismo de Montevideo cuya voluntad es lograr que Venezuela llegue a un acuerdo político que resuelva la grave crisis institucional política, económica y social que vive. Hacemos, un llamado a las fuerzas progresistas del continente y del planeta a evitar la guerra y la barbarie. Impidamos que la humanidad se volqué hacia el miedo, la guerra y el odio.
Invitamos a las fuerzas progresistas continentales a marchar por la paz, el multilateralismo y el diálogo. No dejemos que dirigencias anacrónicas tengan el papel histórico de conducirnos a una guerra que destruiría nuestra amada América Latina que, como el cóndor, desde lo alto de los Andes, ha tratado de cursar los cielos, los ríos y las montañas para encontrar un hogar en paz y justicia.
Bogotá,7 de febrero de 2019
Gustavo Petro
Colombia Humana