A 32 años del derrocamiento del dictador paraguayo Alfredo Stroessner
NoticiasSe cumple un nuevo aniversario de una jornada tristemente celebre para la historia de Paraguay. Conocé su historia.
Como cada 3 de febrero, se conmemora el aniversario del fin de la dictadura militar que encabezó Alfredo Stroessner en Paraguay. Un levantamiento encabezado por su consuegro y mano derecha, el general Andrés Rodríguez, le puso un freno en 1989 a sus 35 años en el poder.
El dictador dejó cientos de desaparecidos, miles de exiliados y décadas de violaciones a los derechos humanos, en lo que significó la etapa más oscura de la historia de ese país. La fecha marca un recuerdo imposible de borrar en el calendario de Paraguay.
Stroessner era derrocado hace 32 años, aunque su caída empezó años antes, fomentada por los mismos agentes que décadas antes lo habían llevado hasta el poder. El polémico funcionario llegó al gobierno en 1954 con el apoyo del Partido Colorado y de los Estados Unidos, que por ese entonces desplegaba toda su influencia militar y económica para terminar con el comunismo en Latinoamérica, impulsando golpes de Estado por toda la región.
Un año antes de que fuera derrocado, el militar había ganado con el 88% de los votos unas elecciones en las que, como las anteriores, no tenía opositores, ya que cualquiera que se atreviera a presentarse era perseguido y encarcelado.
Además, los comicios se realizaban bajo las condiciones determinadas por la Constitución de 1967, redactada por el régimen. Un proceso electoral que servía como disfraz de un apoyo popular que en verdad no existía.
Al mismo tiempo, los aires renovadores de los gobiernos democráticos soplaban en todo el continente (las dictaduras militares como la de Brasil, Uruguay o Argentina ya habían caído) y fomentaron algunas protestas en Paraguay que fueron fuertemente reprimidas por los militares.
Los organizadores de las marchas eran el Partido Liberal Radical y el Febrerista, así como varios sindicatos, todos alineados en el Acuerdo Nacional. Poco a poco, los pilares del poder de Stroessner comenzaban a flaquear.
El sector más tradicionalista del Partido Colorado y la Iglesia Católica comenzaron a soltarle la mano a la dictadura, preocupados por la retirada cada vez más evidente de Estados Unidos. Mientras tanto, el país se sumergía en una crisis económica profunda, lo que intensificó el malestar popular y a su vez derivó en más represión.
Los excesos de violencia y la violación sistemática a los derechos humanos finalmente generaron el rechazo de la Iglesia, que encabezó una serie de marchas “del silencio” en favor de la democracia. Asimismo, hubo una fractura dentro del Partido Colorado entre el sector más tradicionalista que ofrecía su apoyo incondicional al dictador y los que pensaban que había ido demasiado lejos.
La caída
La situación estaba al borde del colapso y comenzaron a surgir los primeros rumores de un posible golpe de Estado aunque Stroessner creía imposible que su propio ejército se rebelara contra él.
Finalmente, el 2 de febrero de 1989 los militares tomaron gran parte del territorio paraguayo y en Asunción redujeron a los partidarios de Stroessner, provocando heridos y muertos en ambos grupos.
Después de ocho horas de enfrentamientos, el dictador no tuvo más remedio que entregarse a los golpistas liderados por su propio consuegro y, bajo su custodia, firmó su renuncia. Su legado son los 20.814 paraguayos exiliados, los 20.000 detenidos sometidos a torturas y abusos y las 425 personas desaparecidas.
Según un informe de la Comisión de Verdad y Justicia, Paraguay sólo pudo recuperar 37 cuerpos de aquellos desaparecidos, de los que la Dirección de Memoria Histórica y Reparación únicamente logró identificar a cuatro.
CRONICA