OIT: El número de desocupados en América Latina aumentó en 2016 y se prevé otro aumento en 2017
NoticiasEn entrevista para la Revista Nueva Sociedad, el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Salazar Xirinachs, explica el aumento del desempleo en la región y comenta las previsiones para este año.
Los últimos datos del panorama laboral para América Latina son muy desalentadores. Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de desocupación en el continente alcanzó el 8,1%, la más alta en una década. ¿Cuáles son las causas principales que identifica para este aumento de la tasa de desempleo?
El incremento en la tasa de desempleo en la región tiene varias causas. La principal es la desaceleración de las economías de la región seguida de contracción. Recordemos que la región experimentó un proceso de desaceleración año a año desde 2010 hasta 2014. En el Panorama laboral de 2015 llamamos a ese periodo la «crisis en cámara lenta», porque encontramos que en ciertos aspectos laborales en esos cuatro años hubo impactos acumulativos negativos más fuertes que durante la crisis de 2008-2009, que fue profunda, pero de la que la región se recuperó rápidamente. Pero en 2015 esa desaceleración se convirtió en una leve contracción, (de -0,03% según el Fondo Monetario Internacional) y en 2016 se experimentó una contracción más profunda, de -0,06% según el FMI y de -0,9% según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Un factor asociado es que de 2010 a 2014 hubo una baja sostenida en la tasa de ocupación, que fue compensada por una caída en la tasa de participación (retiro de personas de la fuerza laboral), pero desde 2015 esto ya no ha ocurrido y por eso ha subido fuertemente el desempleo.
Por supuesto, todo esto son promedios regionales, pero el desempeño es muy diferenciado según subregiones y países.
Hablando todavía de promedios, la pregunta asociada es ¿por qué se ha contraído la actividad económica? La principal causa, pero no la única, fue la caída en los precios y en la demanda de los productos básicos como el petróleo, el cobre, la soya, el café, el hierro, etc., de los cuales depende una alta proporción de las exportaciones de los países, más en América del Sur que en Centroamérica o México.
Otros factores que explican la dinámica de crecimiento son, por supuesto, el comportamiento de la demanda efectiva interna dentro de los países y las condiciones de riesgo o incertidumbre percibidas por los inversionistas, las cuales están asociadas en parte a la situación política o riesgo político. Mientras que de 2010 a 2014 la demanda interna era alta y dinámica, compensando en parte el ciclo negativo de los productos primarios, en 2015 y 2016 ha habido una reducción tanto del consumo privado como de la inversión pública.
En cuanto al desempeño heterogéneo o diferenciado, es importante notar que el incremento del desempleo se ha sentido más en América del Sur, en particular en Brasil, cuyo peso en el promedio regional ha determinado en gran parte el incremento abrupto de la tasa de desempleo a escala regional. También se incrementó en otros países del Cono Sur, los países andinos y Centroamérica. En México y el Caribe, el desempleo se ha reducido levemente, pero no lo suficiente como para compensar el incremento en las otras subregiones. En general, el desempleo se incrementó en 13 de 19 países para los que se cuenta con información.
El informe de la OIT afirma también que se ha producido un aumento de la informalidad que alcanza a un total de 134 millones de trabajadores. ¿Cuáles son los países con peores índices en esta materia? Y, en el caso de aquellos con menos trabajo informal, ¿podría comentarnos qué tipo de políticas han adoptado, si es que estas han sido similares?
El estimado para 2015 que publica el Panorama laboral es regional y se basa en una estimación con 14 países. No están todos. Próximamente la OIT publicara información actualizada a nivel de países. La última vez que lo hicimos fue en 2014. La información se puede encontrar en el anexo del Panorama laboral temático Nº 1 de 2014.
Lo que sí encontramos en el Panorama laboral 2016 es que no solo la cantidad sino la calidad del empleo se deterioró en 2016, porque se redujo el porcentaje de empleo asalariado, en su mayoría formal, y creció el empleo por cuenta propia, mucho del cual es informal.
En cuanto a las políticas que vienen implementando los países de la región, básicamente se trata de cuatro categorías: aumento de la productividad (aunque en menor grado que otras medidas), cambios normativos y regulatorios, cambio en los incentivos y mayor fiscalización. Con base en la experiencia sobre qué trabaja, cómo y dónde, la OIT propone que lo mejor es utilizar una estrategia integrada con acciones en todas estas categorías de manera coordinada y adaptadas a las necesidades de cada país. El enfoque de la OIT hacia la reducción de la informalidad está contenido en su recomendación 204.
El aumento de la desocupación afectó con mayor claridad a las mujeres y a los jóvenes. ¿Qué políticas está recomendando la OIT para reducir esa brecha?
Como se indica en el propio Panorama laboral, con diferentes combinaciones y grados de urgencia, los países de América Latina y el Caribe enfrentan un doble reto. Por una parte, precisan urgentes respuestas de corto plazo para mitigar los impactos sociales y laborales negativos de la desaceleración o de la contracción y retornar a una senda de crecimiento. Esta mitigación involucra en particular a las mujeres y los jóvenes, ya que son de los grupos más golpeados por el incremento del desempleo y la informalidad. Por otra parte, son necesarias acciones para enfrentar los problemas estructurales de baja productividad y de falta de diversificación productiva de larga data. Se trata de acciones que enciendan nuevos y más balanceados motores de crecimiento y apuesten al crecimiento sostenido, inclusivo y sostenible con empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos, que es el reto planteado por el Objetivo 8 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Todo esto exige respuestas dialogadas, con visión compartida y con un balance apropiado entre el corto y el largo plazos. El papel del diálogo social como mecanismo de gobernanza democrática y de desarrollo de visiones compartidas de interés nacional es hoy más importante que nunca. Esto va a requerir esfuerzos muy especiales para restablecer confianzas entre sectores y fortalecer las capacidades de las instituciones para satisfacer las diferentes expectativas y demandas bajo una visión ampliamente compartida. Pero esa visión y esos diálogos no deberían enfocarse solo en resolver una secuencia de cortos plazos, deben también trabajar en las tareas estratégicas del largo plazo, es decir, en aquellos esfuerzos continuos cuyos éxitos requieren ciclos de lustros o décadas, no de trimestres o incluso de periodos gubernamentales.
¿Cuáles son las proyecciones para 2017? ¿Se prevén cambios sustanciales respecto de las políticas de empleo adoptadas por los diferentes países en 2016 y, por tanto, una modificación de los valores de desempleo o informalidad o, por el contrario, se asume que con este ritmo de crecimiento los índices descenderán aún más?
En el reporte estimamos un nuevo incremento de 8,1% a 8,4% en la tasa de desocupación, con lo cual habría 1,3 millones de desocupados adicionales, y con esto el número total de desocupados en 2017 se estima que aumentaría a unos 26,3 millones.
Aunque en 2017 en promedio para la región se espera una leve recuperación hacia un crecimiento positivo de 1,5%, los mecanismos de transmisión en los mercados de trabajo operan con un rezago.
Y el hecho de que hubo una contracción apreciable en 2016 induce una serie de efectos negativos sobre la contratación, por lo que esperamos que en 2017 habrá un nuevo aumento, no reducción, en la tasa de desocupación.
Nueva Sociedad – Democracia y política en América Latina / Entrevista de Mariano Schuster