Elecciones en Paraguay: de encuestas reñidas y campañas desteñidas
ParaguayEste domingo, Paraguay votará a su nuevo presidente. La contienda ha estado marcada de incertidumbre y tensiones en los dos principales partidos políticos. ¿Quiénes son los candidatos y a qué retos se enfrentan?
La denuncia del grupo Nación Media contra el candidato presidencial de la Concertación para un Nuevo Paraguay, Efraín Alegre, por limitar el acceso de periodistas de ese medio de comunicación a las actividades realizadas por el presidenciable, es el más reciente capítulo en la tensa y compleja contienda electoral de Paraguay.
El próximo 30 de abril, el país sudamericano no solo elegirá presidente para los próximos cinco años. En la misma jornada se votará, además, por 17 gobernadores, 45 senadores y 80 diputados. Es también por eso que esta superjornada electoral es de especial importancia, y está especialmente reñida.
Unas elecciones reñidas
«A la mañana tenemos un resultado, a mediodía otro, y a la noche uno distinto», dice el analista político Horacio Galeone Perrone a DW sobre la dificultad de hacer un pronóstico basado en las encuestas.
Principalmente, se enfrentan los dos partidos tradicionalmente hegemónicos: el Partido Colorado o Asociación Nacional Republicana (ANR-PC), -que, con excepción del período electoral de 2008 a 2012, ha estado en el poder desde 1954- y la Concertación para un Nuevo Paraguay, una alianza de 14 partidos y organizaciones opositoras. Ambos reúnen a diferentes corrientes y fuerzas políticas. «Al final de cuentas, estas dos fuerzas políticas también se desmembran, y más que dos fuerzas son como cuatro partidos», explica en entrevista con DW el consultor político brasileño Caio Manhanelli este fenómeno.
Por el Partido Colorado se presenta como candidato presidencial Santiago «Santi» Peña, quien fue ministro de Hacienda durante el mandato de Horacio Cartes y es considerado «cartista». Y quien, dentro de ese partido, representa a la oposición al movimiento político del actual presidente, Mario Abdo Benítez. En su campaña, Peña se ha enfocado en la inseguridad y la defensa de los valores tradicionales de la familia.
Debido a los problemas internos del Partido Colorado, cuyo presidente, Horacio Cartes, está siendo investigado en Estados Unidos por hechos de corrupción, Peña se ha enfocado sobre todo en una campaña interna. Pero al hacerlo, Peña «perdió mucho potencial, ya que antes tenía una imagen más fresca». Casi la mitad de la población de Paraguay con derecho a voto está afiliada al Partido Colorado, explica Caio Manhanelli. Según el experto, Peña no lograría alcanzar también a los votantes indecisos y traer un equilibrio que Paraguay está necesitando.
Esloganes vacíos, esperanzas perdidas
Por el otro lado, como candidato del Partido Liberal Radical Auténtico dentro de la alianza de la Concertación para un Nuevo Paraguay, se presenta Efraín Alegre. Alegre fue ministro de Obras Públicas durante la Presidencia de Fernando Lugo y se presenta como candidato presidencial por tercera vez. En 2018 perdió por poca diferencia. Su campaña se ha enfocado principalmente en criticar a sus contrincantes, observa Caio Manhanelli. Junto a Efraín Alegre se presenta a la candidatura para vicepresidenta Soledad Núñez, en un intento de abarcar también los intereses de centro y centroderecha urbanos.
Ambos candidatos tienen en común que se enfrentan a un panorama político complicado y a un descontento general en la población. Y que han optado por poner el tema del «cambio» en el centro de sus campañas electorales, aclara Manhanelli, director metodológico de la Polls Consulting Group. Efraín Alegre ha optado por el lema «Dale una oportunidad al cambio», mientras Santi Peña promueve: «Vamos a estar mejor».
«Pero son eslóganes poco contundentes», comenta el analista, que «no han podido cumplir con lo que la población se esperaría de un mandatario».
La dificultad de gobernar un país dividido
También Horacio Galeano Perrone coincide en que se ha llevado a cabo una campaña electoral «fría y desteñida» que, sobre todo, va «dirigida en este momento a los votantes indecisos» y que, por tanto, no «hay mucho énfasis en las características de cada partido». Esto, junto al descontento de la población hacia los partidos establecidos, hace que la situación esté tan reñida. «Es muy difícil decir que los partidos en Paraguay estén fundados en orientaciones programáticas contundentes o serias», dice Caio Manhanelli.
Ambos candidatos se enfrentarían también a un panorama sumamente complicado para la toma de decisiones políticas. Por una parte, está el reto económico y social, con un Estado endeudado y altas cifras de desocupación y pobreza. A eso se suma «el reto político de manejar una sociedad totalmente mecanizada, totalmente dividida», comenta Horacio Galeano Perrone.
Según las encuestas más actuales, Efraín Alegre tendría posibilidades reales de llegar a la presidencia. Sin embargo, Caio Manhanelli recalca las dificultades a las que se enfrentaría al asumir su cargo: «Va a ser muy difícil gobernar para cualquier gobierno que no sea el Partido Colorado». Aunque el partido oficialista pierda estas elecciones, seguirá colocando a diputados, concejales, senadores o gobernadores en el Congreso. El experto concluye que, por ese motivo, gran parte de la fuerza política de Paraguay seguirá en manos del Partido Colorado.
DW