El riesgo de una nueva dictadura en el Paraguay
ParaguayEn el Paraguay, el combate a la corrupción está en manos de los propios corruptos, que someten para sus fines a instituciones esenciales: Ministerio Público, Corte Suprema, Cámara Baja, Consejo de la Magistratura, Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Una parodia en la que los corruptos se organizan en una corporación fáctica y van consolidando una dictadura para resguardarse.
Cuando hablamos de dictadura pensamos en Stroessner, pero hubo otras, mucho más cortas pero no menos crueles. Y hay acontecimientos que nos inducen a pensar que está generándose una nueva autocracia, un dominio regido por una voluntad personal y personalista: una dictadura sin el aliño de la brutalidad “traumatológica” en las mazmorras policiales, pero dictadura al fin.
El ostensible copamiento de las instituciones que debieran ser resguardos de la democracia se está llevando a cabo, paso a paso, en las mismas narices de una “oposición” cada vez más desarticulada, miope, llena de vanidades personales, de exhibicionismos inconducentes y sin ningún proyecto viable de interés para el país.
El Partido Colorado, que se descose y se cose a sí mismo de acuerdo con las veleidades temporales de sus caciques, transita seguro a robustecer su proyecto dictatorial de controlar instituciones del Estado. Otea el horizonte y ve a sus adversarios dispersos en un mosaico de autoproclamaciones presidenciales sin rigor político ni atisbos de una racionalidad montada en realidades sustentables. Cada cual venera su ombligo y solo oye el coro ritual de su entorno. Una campaña seria no se trata solo de reunirse con quienes piensan como uno, sino de construir un electorado, y para ello se debe hablar y consensuar con quienes disienten con uno.
Pareciera haber un plan de concertación interpartidaria. Pero a la ciudadanía no le llega ninguna comunicación asertiva al respecto. Y la percepción pública que pareciera flotar es que cada quien anda “por su cabeza” proclamando su candidatura sin ningún sustento que despierte expectativas más allá de su exclusivo círculo.
Respecto a lo que pasa en torno a la pretendida concertación, en uno de sus comentarios verbales por su canal en las redes, mi apreciado amigo Víctor-Jacinto Flecha afirma que “En vez de la construcción y discusión de un programa, salta una tanda de candidatos de la oposición a la presidencia de la República, cuando debería ser al revés: primero el programa de la concertación y luego la selección de candidatos”.
Así como están lanzadas, las minicandidaturas de la oposición son funcionales a la ANR, y más aún a la fuerza colorada predominante merced al caudal monetario de su jefe, única verdad a la cual le son leales sus seguidores incluyendo los liberales de alquiler: el cartismo.
Justamente, la larva dictatorial está en este sector, al que propios y extraños le hacen el juego. Existe el riesgo de una dictadura por copamiento de instituciones, y como afirmó alguna vez ese gran colorado que fue don Juan León Mallorquín, “toda dictadura, grande o pequeña, termina siempre en el desastre”.
ABC COLOR