Lula y la ecologista Marina Silva se reconcilian para derrotar a Bolsonaro
BrasilEl expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y Marina Silva, una de las ambientalistas más reconocidas de Brasil, han sellado este lunes su reconciliación tras más de una década en un intento por aunar fuerzas para derrotar a Jair Bolsonaro en las elecciones de octubre.
Marina Silva, que fue candidata presidencial en tres ocasiones, ha declarado su apoyo político a Lula de cara a las elecciones del 2 de octubre con el fin de vencer la «semilla maléfica del bolsonarismo».
«Nuestro reencuentro político se da frente a un escenario grave de la vida política. Tenemos la amenaza de las amenazas, una amenaza a nuestra democracia», ha subrayado Silva, quien ha precisado que nunca dejó de tener contacto personal con el expresidente brasileño.
A menos de un mes para la nueva cita con las urnas, Luiz Inácio Lula da Silva, favorito para los comicios, ha tendido la mano a su antigua ministra de Medio Ambiente tras años de distanciamiento, en un reencuentro cargado de simbolismo y que podría aumentar el capital político del líder del Partido de los Trabajadores (PT).
«Esto es una demostración de que la democracia puede ser ejercida incluso cuando hay divergencias puntuales. La democracia es una sociedad en evolución», ha puntualizado Lula.
De la fundación del PT a la separación
Nacida hace 64 años en Rio Branco, en el estado amazónico de Acre, Silva estuvo al frente de la cartera de Medio Ambiente durante el primer mandato de Lula, entre 2003 y 2007, pero dejó el cargo tras sus divergencias con el Gobierno sobre la conducción de la política medioambiental.
Después de más de tres décadas en el PT, Silva abandonó la formación que ayudó a crear y en 2010 se lanzó a su carrera por la Presidencia, a la que llegó a concurrir en tres ocasiones, dos contra Dilma Rousseff y una contra Fernando Haddad, pupilo de Lula.
La exministra rompió todos los lazos con el PT en 2014, cuando la fuerza progresista emprendió una dura campaña en su contra durante los comicios presidenciales, en los que concluyó en tercer lugar con 22 millones de votos.
Su respaldo popular cayó estrepitosamente en los comicios de 2018, cuando tan solo obtuvo un millón de votos, pero su apoyo sigue siendo visto como un pilar importante para la candidatura de Lula.
La disputa por el electorado evangélico
El aval de Marina Silva podría aproximar al expresidente al electorado evangélico, una de las principales bases electorales de Bolsonaro, quien se declara defensor de los valores conservadores y de la familia y contrario al aborto.
Cuestionada sobre el asunto, Silva, quien siempre porta una biblia, ha recalcado que Brasil es un Estado laico, «continuación de una reforma protestante», y no admite un gobierno teocrático.
«Tenemos una situación compleja en la realidad política: cómo lidiar con una mezcla compleja de fundamentalismo político con fundamentalismo religioso. La mejor forma es tratar a todos los brasileños como ciudadanos», ha comentado.
Y ha añadido: «El mayor mandamiento de Jesús es el del amor, esa debe ser siempre la orientación de quien profesa la fe cristiana, cualquier cosa que conduzca al camino del odio no es bueno para la democracia».
Lula se compromete con la agenda ambiental de Silva
El reencuentro político entre Marina Silva y Lula también podría otorgar respaldo al candidato del PT por el flanco ambiental, el cual ha ganado protagonismo en su programa electoral en momentos en los que la Amazonía enfrenta niveles récord de devastación.
El antiguo tornero mecánico se ha comprometido a incluir las propuestas medioambientales presentadas por Silva, entre las que se encuentra la creación de una autoridad nacional de Seguridad Climática, la actualización del plan de combate a la deforestación y la implementación del mercado de carbono en Brasil.
Lula ha subrayado que el tema medioambiental será tomado «muy en serio» si vence en las elecciones y ha asegurado que Brasil será «protagonista» en el área climática.
«Nosotros comenzamos en 2003 a implementar la agenda socioambiental. Luego fue debilitada y ahora destruida por el Gobierno de Bolsonaro», ha recalcado Silva.
NAIZ