Lula apela a su legado como presidente en la primera entrevista televisada de la campaña
BrasilLos periodistas de Globo ponen el foco en los escándalos de corrupción durante los Gobiernos del PT
El informativo más visto de la televisión brasileña, Jornal Nacional, de la red Globo, ha entrevistado este jueves por la noche en directo a Luiz Inácio Lula da Silva en su calidad de candidato a la Presidencia de la República. Lula ha apelado a su experiencia y se ha referido insistentemente al legado de los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) mientras los periodistas han puesto el foco principalmente en los escándalos de corrupción de aquellos 14 años. El presidente Jair Bolsonaro se sometió este lunes al mismo formato de la red Globo. La primera vuelta está prevista para el 2 de octubre. Y Lula sigue como favorito, seguido por Bolsonaro. El mejor colocado entre el resto ronda el 8%.
La expectación era enorme por lo reñida que se presenta la elección y la gran audiencia del canal. Pero sobre todo porque durante estos años en los que Lula ha estado en el punto de mira de la justicia y en la cárcel ha insistido en que la red Globo era cómplice de quienes a su juicio pretendían deshacerse políticamente de él.
El megacaso Lava Jato, que le llevó a la cárcel por una condena anulada después por la falta de imparcialidad del juez, ha aparecido ya en la primera pregunta de los periodistas. El que fuera presidente de Brasil entre 2003 y 2010 ha respondido que la “Lava Jato rebasó los límites de la investigación y entró en los límites de la política. El objetivo era tratar de condenar a Lula”, ha dicho refiriéndose a sí mismo. El izquierdista ha prometido que, si gana, cualquier persona acusada de corrupción será investigada y castigada si se prueba su culpabilidad.
El expresidente ha admitido que hubo casos de corrupción durante los Gobiernos del PT. También ha reconocido que su sucesora, Dilma Rousseff, cometió errores en materia económica durante su segundo mandato, que acabó abruptamente con un impeachment.
Lula “habló de fútbol, cerveza y churrasco. Ha pasado el mensaje moderado que buscaba”, según la conclusión de la periodista Vera Magalhaes, analista de O Globo.
También durante 40 minutos, Bolsonaro se sometió el lunes a las preguntas de los presentadores de Jornal Nacional, que le inquirieron sobre sus amenazas golpistas y los insultos a los jueces. También le instaron a comprometerse ante los millones de telespectadores a respetar los resultados de las elecciones a lo que respondió que lo hará si los comicios “son limpios y transparentes”.
Dieciséis años han pasado desde la última vez que Lula se sometió en directo a una entrevista en Jornal Nacional. Fue en las elecciones de 2006 en las que derrotó a Geraldo Alckmin. Aquel adversario, que fue gobernador de São Paulo por el centro derecha, es ahora el hombre que le acompaña en la carrera electoral como candidato a vicepresidente. Lula lo eligió con la intención de ser él mismo un candidato más digerible para esa parte del electorado que votó a Bolsonaro por su agenda liberal en economía y está arrepentida por las embestidas antidemocráticas del ultraderechista.
“Quiero regresar para probar que las cosas se pueden hacer mejor”, ha dicho Lula en la entrevista. Es una de las ideas centrales de su campaña, en la que ofrece mejorar las recetas que ya aplicó a principios de siglo en sus dos mandatos. Ahora, a los 76 años, aspira a un tercero. El fundador del PT ha recordado que los programas de inclusión social fueron el pilar de su política. Y se ha presentado como alguien que quiere pacificar el país además de dar una vida digna a los brasileños. “Voy a colocar al pueblo en el presupuesto”, ha dicho antes de recordar cómo aumentó la cifra de universitarios durante los gobiernos del PT y que en la actualidad más de dos tercios de los brasileños están endeudados. “Negociaremos esas deudas”, ha prometido.
Naiara Galarraga Gortázar
EL PAÍS