Nutrición infantil: la inversión más rentable del mundo
NoticiasLa ecuación es simple: por cada dólar invertido en nutrición durante los primeros mil días de vida de una persona, se obtienen US$30 en beneficios relacionados con la educación y la salud.
El cálculo es del Consenso de Copenhague, un grupo de estudios conformado por expertos y economistas internacionales, entre ellos varios Nobel de Economía, y la publicación británica The Economist.
El Programa Mundial de Alimentos nos invita a ver la misma realidad, pero desde la perspectiva de las pérdidas. Esta agencia de Naciones Unidas calcula que combatir la desnutrición en todos los niños menores de 5 años en Latinoamérica costaría unos US$2.050 millones.
Sin embargo, el costo de no combatirla oscila entre US$104.000 millones y US$174.000 millones (por mortalidad infantil, pérdida en la productividad por retardo en el crecimiento y pérdidas por enfermedades crónicas, entre otras causas).
En suma, por donde se mire, invertir en la nutrición de los niños, especialmente durante sus primeros mil días de vida, es rentable; y los gastos que implica son infinitamente menores que los costos de no hacer nada al respecto.
¿Qué efectos tiene una mala nutrición?
Para cuando un niño llega a la edad escolar, alrededor del 80% de su cerebro ya se ha desarrollado. La alimentación de ese niño durante sus primeros 5 años determinará no sólo su futuro, sino el de su familia y, en última instancia, el de su país.
Lamentablemente, aún más de 7 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica en América Latina, de acuerdo al Banco Mundial. Este video explica cómo los primeros 1.000 días pueden definir si la mente de un ser humano alumbrará como un foco de 25 W o como un foco de 200 W.
Si a la desnutrición crónica se le suman otros factores como la falta de atención en salud y educación, la falta de tiempo para jugar, el maltrato y el abandono, los daños al desarrollo de una persona serán irreversibles. Si un niño no evolucionó sus capacidades físicas, cognitivas, sociales y emocionales durante los primeros años no logrará hacerlo nunca en su vida adulta, según los expertos.
Todo este proceso colabora con la transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad en las familias de escasos recursos.
Este problema convierte a la desnutrición crónica en uno de las principales trabas al desarrollo de América Latina y el Caribe. Las consecuencias también se manifiestan en la adultez.
El bajo desempeño durante la etapa escolar, sumado un entorno poco favorable, resulta en un joven impulsivo, más proclive a abandonar la escuela, que puede convertirse en un adulto desorganizado, sin iniciativa, impuntual, conflictivo y que no es capaz de mantener un trabajo fijo, limitando así su productividad laboral.
Actividades para superar la desnutrición crónica
En América Latina, altos niveles de desnutrición coexisten con la producción de alimentos variados y nutritivos.
En Ecuador, por ejemplo, una iniciativa combate la desnutrición crónica en menores de cinco años. “Creciendo con nuestros guaguas” interviene directamente en la nutrición de los niños a través del trabajo con los padres, usando el álbum “Mis primeros cinco años” y con la comunidad.
El proyecto también impulsa el uso de tecnología móvil. Se han logrado enviar más de 100.000 mensajes de texto personalizados a los padres incluyendo recordatorios e información clave sobre el crecimiento y la alimentación de sus pequeños.
“El principal problema era la baja capacidad para transmitir un mensaje claro y sencillo sobre los factores que inciden en la desnutrición crónica. Una de las actividades más importantes fue la del registro familiar basado en la afectividad. De este modo se elevó conocimiento de los padres sobre el crecimiento de sus hijos”, explicó Nelson Gutiérrez, especialista sénior en Protección Social del Banco Mundial.
En Colombia, un programa busca mejorar la nutrición y el desarrollo en los dos primeros años de vida a través de visitas a los hogares y el uso de suplementos de micronutrientes.
Además, durante un encuentro celebrado en Panamá, se presentaron un conjunto de herramientas que buscan garantizar la salud, la seguridad alimentaria, y la nutrición de las madres vulnerables y de sus niños.
Banco Mundial