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Las noticias sobre COVID-19 en Latinoamérica se dividen en dos: las que relevan la situación sanitaria y hablan de más de cinco millones de contagios y récords de muertes, y las que cuentan las pérdidas económicas, con una caída que oscilará el 10%, según pronosticó la Cepal.

La región que alberga al 8% de la población mundial pasó esta semana la barrera de los cinco millones de contagios, superando con holgura al resto de los continentes. Europa, con casi 3,5 millones; y el sudeste asiático, con más de 2,3 millones.

La evolución de las curvas también señala que en pocos días más, Latinoamérica será el sitio donde más personas fallecieron por la pandemia de SARS CoV-2, por encima de Europa, que con unas 215.000 muertes conserva una ventaja de, apenas, 6.000 decesos, aunque con una tendencia a la baja.

Si se cuentan las tres Américas, siempre sobre datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de fallecimientos es mayor a los 372.000.

Las curvas siguen creciendo y, en la mayoría de los casos, es por acción deliberada de una cuarentena ya pisoteada por muchos ciudadanos, acción que obliga a los Gobiernos a abrir sus economías, como sucede en Brasil, Argentina, Chile y Colombia.

La situación es mucho más grave para las personas que integran los grupos de riesgo y que ven que ya no alcanza con cuidarse a sí mismos.

«América Latina se enfrenta a una paradoja de salud pública: muchos países informan un número récord de nuevas infecciones, una clara señal de que el virus aún se está propagando rápidamente, pero existe una creciente presión para abrir economías y escuelas, y continuar la vida como de costumbre», dijo la directora de la OPS Carissa Ettiene.

La especialista recordó que «el COVID-19 no desaparecerá pronto» y aclaró que «esta pandemia es una realidad a la que debemos adaptarnos al continuar implementando activamente medidas para controlar el virus y usar datos sobre la propagación del virus y el estado de nuestros sistemas de salud para calibrar nuestras acciones».

Brasil & compañía

La descontrolada situación en Brasil, que ha complicado a sus países limítrofes, llevó a la región a los números que hoy se lamentan.

Sin embargo, en las últimas dos semanas comenzaron a registrarse picos de contagio en otros países que también ayudan a engrosar esos números, a punto tal de tener casi el 30% de las muertes mundiales y que seis de sus países figuren entre los 10 más afectados por la pandemia.

«Existe una tendencia general al alza en la subregión andina y Brasil. Chile presentó un gran pico en el período de mayo/junio y ha estado disminuyendo desde entonces. Sin embargo, Argentina informa un aumento en las provincias menos pobladas fuera de la capital, Buenos Aires», especificó Ettiene.
Con una reciente baja en el número de contagios que calma una curva que venía en ascenso, Colombia evidenció en la última semana un repunte preocupante que recién bajó el 6 de agosto, cuando registró números similares a los de mediados de julio.

Algo similar ha ocurrido en México, que está por llegar al medio millón de contagios. Allí el problema es otro: las muertes.

El país norteamericano comenzó agosto subiendo al podio de naciones con mayor cantidad de fallecidos por coronavirus y allí se mantiene, con más de 50.000 decesos.
El comportamiento en Chile también parece ser a la baja, y en lo que va del mes sólo dos días superó los 2.000 positivos registrados. En Argentina, por el contrario, la curva va en franco ascenso y son pocas las jornadas en las que no se supera la marca más alta de contagios.

La semana pasada en Brasil el número de personas infectadas fue en declive por primera vez desde que comenzó la pandemia y, sin dudas, un respiro en el epicentro regional generaría alivio en el resto de los países.

Las próximas semanas serán clave para la región y nadie podrá relajarse. El nuevo problema que se avecina es el preocupante impacto que la pandemia genera en otras enfermedades por falta de insumos y escasa atención médica.

SPUTNIK